CESAR
No quiero parecer ofensivo, pero un popurrí de bostezos me ganan sentado en la barra mientras Cherry desde el otro lado prepara nuestros cafés.
- Lo siento. - Tapo mi boca con una mano al bostezar nuevamente y mezclarse con mi disculpa, que Cherry elevando su vista de su producción, me mira por sobre sus pestañas sin creerme.
Realmente no es ella, como tampoco la hora que es, ya que no es muy tarde y aunque no estoy durmiendo como corresponde como cualquier mortal del mundo, jamás me pasó de tener infrahumanos bostezos por acumular horas de sueño y cama como desearía.
Los pequeños chorros del café saliendo de la máquina llenando las tazas como el aroma de café recién hecho como molido detiene mis bostezos, cosa que agradezco porque era la tercer mirada asesina de Cherry por ser sin querer, un idiota, ya no era maleducado.
Ni sé, porqué sonrío antes ese pensamiento, apoyando mi barbilla en mi puño.
Ya que había pasado a ese siguiente podio.
Mi taza humeante me la deposita en frente, para luego poner la suya también frente suyo al tomar asiento del otro lado y observo como aspira el aroma como si fuera la cosa más grandiosa del mundo y frotándose sus manos como un niño en la mañana de navidad.
Y se me escapa una pequeña sonrisa divertida, acompañado de negar con mi cabeza por eso, haciendo llamar su atención y mirarme curiosa.
Miro ambas tazas.
- Aunque me gusta mucho el café y mi vida no sería la misma sin una taza por día. - Le explico. - No tengo ese fanatismo.
- Es que no lo sientes. - Solo dice y miro mi taza, para luego a ella sin comprender mucho, cosa que la hace sonreír tapando con ambas manos la parte de arriba de la taza, pero haciendo un gesto que yo la imite y cumplo.
Hago exactamente igual con mis manos, pese al calor que humedece mis palmas por obstruir el paso del mismo.
- ¿Qué notas o ves? - Murmura sin dejar de mirar su taza tapada como la mía.
- Noto el calor y veo, solo la taza tapada por mis manos. - No tengo idea donde quiere llegar.
Cherry niega.
- Yo no veo una taza, veo un compañero. Tampoco noto el calor, pero sí, la calidez de ese acompañamiento. - Sus palabras me hacen bajar nuevamente mi vista a mi taza que tapo con mis manos, mientras prosigue. - Cuando las cosas no van bien o pasan las personas por un momento difícil emocionalmente pueden ir a un adivino o terapeuta para hablar de sus preocupaciones César... - Explica. - ... pero muchas veces optan por unos pocos centímetros cúbicos de una rica taza de café, que los consuela y hasta escucha en ese ritual silencioso y solitario... - Abre su manos y hace escapar su humo como aroma retenido y me toma de sorpresa al tomar mi manos para que haga lo mismo, continuo a acercarme la taza más hacia mí y hasta girando esta. - Bebe solo un sorbo me pide.
ESTÁS LEYENDO
Cherry Love [COMPLETA]
RomanceSINOPSIS Dicen que la música y una buena taza de café van de la mano en cualquier transición que uno hace en nuestras mudanzas de vida. Ya que a los cambios que somos sometidos o se experimentan y se debe resolver, acompañado de una taza de café y m...