✓ |Halley.| Teen Wolf.| Liam Dunbar.

020| Si Llego A Morir.

Episodio Veinte: Si Llego A Morir.

Todo fue tan rápido para Halley que cuando logró actuar, ya era demasiado tarde. Derek era apuñalado con violencia por el saco de huesos, y Braeden ya disparaba contra él, desatando su furia.

La chica corrió en dirección al pelinegro, quien sostenía su abdomen adolorido. Junto a la mercenaria, le ayudó a recargarse en una roca, su respiración era acelerada y su corazón no dejaba de saltar como loco.

Se acercó a él y tomó su mano, no pudo evitar soltar un sollozo al sentir el dolor traspasando su cuerpo, recorriendo su mano. La boca del antiguo lobo ya se encontraba llena de sangre y Halley no quería soltar su mano. Absorbió el temor, que le recorrió entera y produjo escalofríos.

Al final, Derek estaba acostumbrado a ser alguien fuerte de mente y cuerpo. Sin embargo, el ser débil y no tener las mismas habilidades que un Hombre Lobo le seguían cayendo como un balde de agua helada. 

─¿Qué tan mal está?─. Preguntó Peter, genuinamente preocupado por su sobrino.

Era un corte profundo que soltaba aquel líquido carmesí, como una gotera. ─Estoy bien, estoy bien. Vayan a buscar a Scott─. Halley ignoró su petición y quitó su sudadera, cubriendo la herida con la prenda y haciendo presión.

─Halley, ve. Nosotros entraremos justo detrás de ti─. Muy a su pesar mintió, sabía cuál sería su final. Pero no quería que la chica estuviera ahí, lamentándose.

─¡No!─. Los ojos vidriosos de la chica no le permitían ver bien la figura frente a ella. Pero su nariz y sus oídos daban respuesta a lo que ella preguntaba.

─Vamos, por favor─. Jadeó él, más tranquilo. El dolor dejaba de aparecer debido a la adolescente.

Ella negó una vez más. ─N-no te dejaré aquí─. Emitió un sollozo que alertó a Liam.

─Estaré bien, solo debo... debo respirar. Estaré bien─. Le dio un apretón a la mano de la adolescente. Lagrimas ya bajaban por las mejillas de Halley, causando que Derek ablandara sus fracciones. Siempre solía ser así si se trataba de ella.

Esa niña curiosa y algo irritante al principio que ahora estaba frente a él, pronto sería una adulta. Y le gustaría estar ahí cuando lo hiciera, cuando fuera más poderosa y lograra superar sus miedos. En cada meta, cada problema. Derek quería estar ahí para ella. Para la niña que le había cautivado desde un principio, haciéndole recordar a sus hermanas. Y ya no era un recuerdo triste o doloroso, no era culpa o impotencia. Era amor, cariño. Sentimientos puros que Derek Hale jamás había imaginado volver a sentir. Era su familia.

Ella limpió sus lágrimas con el torso de su otra mano. ─Tienes que ir y salvar a Scott─. Le recordó él.

─Me quedaré aquí─. Declaró ella.

─No─. Le cortó Derek. ─Debes irte, prometo alcanzarte─. Inhaló con dificultad, incluso el aire ya se sentía pesado. ─Y si llego a morir... estará bien─.

─No digas eso─. Volvió a sollozar ella.

─Estaré bien, no te preocupes. No quiero que te vayas a lamentar si sucede, no lo harás─. Ordenó como usualmente lo hacía. ─Ahora, ¡Ve!─. Esto último lo dijo más fuerte, causando que ella, aún insegura, se levantara y tras darle una mirada a Braeden, quien trató de consolarla colocando su mano en su hombro. Pero las dos se encontraban igual de asustadas.