EXTRA HALLOWEEN.

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(Momentos en los que Alexa no sabe qué excusa poner para actualizar a su bebé)























































Uno...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Las gotas de sangre caían contra el suelo, haciendo ese conocido chapoteo que se estaba haciendo bastante frecuente durante el último par de horas, en las que el Beta solo podía escuchar eso, además de olerlo y verlo, por supuesto.

Sus manos se encontraban atadas a una red de metal en la que terminaba colgando. No recordaba mucho cuánto tiempo llevaba así, la noción del tiempo se estaba perdiendo junto a su conciencia.

No recordaba mucho.

Solo un estallido, un par de golpes, gritos, flechas y... Oscuridad.

Estaba temblando de una manera sorprendente mientras sus dientes castañeaban. Tenía hambre, hacía mucho que no dormía -sin contar los desmayos que tenía constantemente- y la vida de su cuerpo era abandonada lentamente.

Sus ojos se abrían y cerraban en varias ocasiones, rodeado de una especie de bodega con varias cosas extrañas, además de luz proveniente de una sola lamparita que se encontraba sobre un escritorio. 

Había intentado huir varías veces, pero por cada movimiento que hacía, era detectado por la reja pegada a su espalda, causando bastante dolor y heridas para el pobre Beta que terminaba con nueva sangre chorreando de su cuerpo. La más grave era una en el costado de su abdomen, cuya sangre chorreaba constantemente y terminaba en el suelo color gris del lugar. No tenía ni la menor idea de lo que tenía en especial, pero algo en esa zona de su cuerpo ardía constantemente, algo tenía que la hacía más mala que las demás.

No sabía en donde estaba, no tenía ni idea de que era lo que querían de él. Solo deseaba cada segundo en el que pasaba ahí que sus padres o sus hermanos dieran con su paradero. Era inteligente, sabía que estaba ahí por sus habilidades especiales y sabía que la gente encargada de su captura estaba al tanto de que no era un simple humano común y corriente.

Pero aún así, eso no explicaba del todo qué es lo que querían de él.

Y casi como un juego del destino, la puerta pesada de metal en la esquina de la habitación se abrió en un golpe tan fuerte que por unos segundos le aturdió, y de esa puerta salió una mujer....

Era de estatura alta, con la mandíbula definida y casi cuadrada, el cabello oscuro que se asemejaba a la oscuridad del cuarto, los ojos también oscuros y la piel bronceada, con un aspecto blanco pálido extraño, como si estuviese enferma o cansada.

Sus pasos se escuchaban fuertes contra el piso, y en sus manos pudo notar un viejo arco de madera con unas flecha casi a punto de disparar. El Beta arrugó las cejas cuando la vio a los ojos, encontrando una chispa de locura y maldad que nunca antes había visto en nadie.

La vio soltar una risa, dejar el arco y la flecha en el escritorio, para luego acercarse a él. Arrugó las cejas aún más, viendo cada movimiento de la mujer -que no parecía pasar más de los 20 años-.

✓ |Halley.| Teen Wolf.| Liam Dunbar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora