47| La Hermana Perdida.

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47. La hermana perdida:

















El Sr. Douglas sonreía, bastante orgulloso, algo terrorífico y lo suficientemente enfocado en su clase sobre la electricidad y su influencia en las casas, alzando una varita de metal. ─Poder. Es la habilidad de controlar las cosas. ¿Este metal? No tiene poder─. Lo golpeó despistadamente contra su frente, sin dejar de sonreír y avanzando hasta su escritorio.  ─Es pequeño, débil, insignificante. ¿Hay algo que podamos hacer para cambiar esto?─. Corey, que se encontraba en la misma hilera que Liam y yo pero en diferente fila, levantó la mano. ─¿Qué dices, Corey?─. Le preguntó el profesor, interesado en su respuesta.

─Podemos añadir electricidad─. Informó él, causando que yo le sonriera maravillada. Las tutorías de Mason le estaban sirviendo.

─Exacto─. Felicitó el profesor, sonriente. ─Convertimos está barra de metal... En un imán. Ahora tiene poder, ahora tiene influencia... Sobre otros─. Tomó el imán de su escritorio, encendiendo la corriente eléctrica que lo rodeaba para que la bola de metal dentro de un recipiente de vidrio comenzara a seguirla, hasta terminar por dar vueltas.

A su vez, el profesor comenzó a... Era una cosa extraña, como un ataque de tos o algo así, que no le permitía respirar. Y eso se notaba bastante. Le di una mirada confusa al chico a mi lado, quién apenas se encontraba saliendo de su distracción de dibujar cosas sin sentido en la parte superior de las hojas del libro.

─¿Sr. Douglas? ¿Se encuentra bien?─. Le pregunté, y este, que se recuperaba, alzó el rostro colorado con una sonrisa falsa.

─Solo es un poco de tos─. Se recargó en el escritorio por unos segundos, observando como el objetito de metal aún giraba en el recipiente. ─¿Por dónde íbamos? Ah, vale. Ahora tenemos electricidad y un poco de energía. Añadámosle un poco más. Al fin y al cabo, cuanto mayor es la carga, mayor es el control─. Giró la perilla que conectaba la electricidad al imán. Y entonces ya no dejaba de toser, golpeado el vidrio el escritorio con uno de sus puños.

Retrocedí en mi asiento, al igual que Liam, a ninguno le estaba gustando lo que estaba sucediendo. Y cuando Douglas se giró para tomar agua, tratando de calmar su tos, fue cuando pudo tranquilizarse y regresar a nosotros, fingiendo naturalidad. ─Imaginen lo poderosa que sería está barra con electricidad ilimitada. Digamos, la de un relámpago. ¿Qué más podríamos controlar?─. Y como si no le fuese suficiente y no entendiera que algo estaba mal con sigo mismo y la energía que emanaba la maquinita a su lado, la encendió hasta que su tos se convirtió en jadeos y gruñidos parecidos a los de un animal mientras entraba a la puerta del armario.

Liam, curioso por naturaleza, avanzó lentamente a aquel lugar mientras el hombre seguía con la especie de ataque que llevaba...─¿Sr. Douglas?─. Cuestionó al hombre que ya no llegó a emitir ruido alguno.






















































𝇊














En la biblioteca, tratando de buscar a Scott, Lydia o Malia, esperando que me contaran algo de lo que Deaton había dicho respecto a nuestro amigo desaparecido, puesto que el Alfa optó por llevarme a casa antes de ir a la veterinaria debido a mi vestimenta tan poca y lo mucho que necesitaba descansar después de haberme convertido sin muchas intenciones en un Lobo, fue que encontré a una chica. No la conocía mucho, solo sabía que iba junto a mí en el equipo de Lacrosse. No era muy buena, pero resultaba un buen cambio para el entrenador en momentos desesperados.

✓ |Halley.| Teen Wolf.| Liam Dunbar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora