38| Ancla.

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38. Ancla:








El teléfono del Alfa vibró, dando la respuesta que el equipo necesitaba durante la media noche. La manada se encontraba algo intranquila, puesto que el oficial más confiable de su padre estaba teniendo ciertos problemas nocturnos.

─Va hacia la escuela─. Informó Scott en el copiloto con un susurro, adormilado sutilmente.

Liam, que iba atrás junto a su novia, se asomó por el espacio del medio entre el piloto y el Lobo, impulsando su cuerpo al frente. ─¿Por qué va Parrish a la escuela?─. Interrogó él, siguiendo con el susurro dramático.

Halley, quien aún estaba algo -muy- molesta con lo de la Eichen House, empujó nada suave a su novio y se asomó entre sus hermanos. ─Más bien, ¿por qué el Sabueso Infernal va a la escuela?─. Giró la pregunta.

─¿Porque... quiere una mejor educación?─. Soltó sarcástico su hermano al volante, quien recibió un golpe en su nuca como respuesta.

─No estoy de humor, Mischief─. Farfulló ella.

Él rodó los ojos. ─Debe ser culpa de Liam, te lo dije─. La joven arrugó las cejas ante aquellas palabras que se dirigían al moreno, quien titubeó. ─No arrugues la frente, te hará vieja antes de tiempo─. Movió la palanca de cambios. ─Es tiempo de ir a la escuela─. Anunció, acelerando.









El Jeep color azul se detuvo frente a la institución con un chirrido agudo que mostraba un poco su estado. Los años comenzaban a afectarle, además, el auto era más chatarra que nada.

Scott bajó seguido de sus Betas, primero Liam, quien trató de ayudarle a Halley a bajar, extendiendo su mano. Sin embargo, esta le dio una mala mirada y murmuró; ─Puedo sola, gracias─. Saltó de un brinco, acercándose a los mayores.

El rubio maldijo en voz baja, inaudible, antes de cerrar la puerta con un poco más de fuerza que la necesaria. Scott y Stiles le dieron una mala mirada, arruinaba la discreción. El joven aclaró su garganta, avergonzado. ─Lo siento─. Se disculpó al instante.

Stiles no dejó de verlo de mala manera hasta que el Alfa decidió que sería muy buena idea avanzar, pasando por el asfalto de la puerta principal hasta encontrarse con el antiguo cazador, que se acercó sigiloso a ellos.

─¿Y Parrish?─. Interrogó el de chaqueta de mezclilla y camiseta verde.

─Lo perdí─. Admitió el hombre de barba.─Se mueve muy rápido─. Confesó de manera casi seca.

Halley arrugó una vez más las cejas cuando un olor extraño llegó a su nariz, pliegues que por inercia desaparecieron al recordar las palabras de su hermano. Ladeó la cabeza en dirección de la izquierda, encontrando un bulto en la oscuridad, parecía un cuerpo.

─Lo contrario a él...─. Masculló, captando la atención de los presentes, que al instante comenzaron a avanzar algo inseguros.

Y al encontrarse frente a frente, la joven logró notar manchas gigantes de sangre y órganos internos en el exterior. Formó una mueca, tomando la mano de su hermano, que la llevó hasta el camino de concreto que comenzaba a ser un camino de cadáveres cuando se divisó otro resto.

Argent desenfundó su arma, manteniéndola baja con silencio.

─Ahí─. Señaló Liam el autobús escolar a unos metros de ellos, que irradiaba sangre a montones.

¿Eso lo había hecho Parrish?

Entre la penumbra del interior del automóvil, un sujeto desconocido y ensangrentado, alzó sus manos con dificultad. ─Ayu...da─. Jadeó a duras penas, y antes de que Scott fuese a por él, el Sabueso del Infierno apareció.

✓ |Halley.| Teen Wolf.| Liam Dunbar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora