Capítulo 09

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Apo fue hacia los Daimons sin pensarlo, hasta que Mile lo hizo detener.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó, indignado.

—Es una trampa.

Apo lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué?

Había una expresión extraña en el rostro de Mile, mientras apretaba con más fuerza su brazo.

—¿No puedes sentirlo? Incluso sin poderes, puedo sentir esto.

—No, y si no salimos, matarán a esas personas.

Apo intentó zafar su brazo, pero él lo sostuvo con fuerza.

—Apo, escúchame. Esto no está bien. Los Daimons jamás son tan atrevidos, y tenían que saber que yo estaba aquí.

Él tenía razón. Era demasiado obvio. Mile resaltaba en esta multitud como la luz del sol en la oscuridad.

—Entonces, ¿qué sugieres que hagamos? ¿Permitir que alguien inocente muera?

—No. Quédate aquí y yo iré.

—Mier...

—Apo —le dijo él con brusquedad, con sus ojos negros quemándolo—. Soy inmortal. Tú no. A menos que uno de ellos esgrima un hacha, no pueden lastimarme demasiado. Sin importar qué me hagan, sobreviviré. Tú podrías no hacerlo.

Apo quería discutir con él, pero sabía que tenía razón. Sin mencionar que podía sentir en su interior que estaba siendo sincero. No era un acto de "macho" para probar que era superior a él.

Estaba preocupado por su seguridad, y si estaba preocupado por él, no podría luchar con la mente clara.

—Está bien —dijo Apo—. Ve, e intentaré no seguirte.

La mandíbula de Mile tembló.

—Por mi bien, por favor, haz más que intentar. Lógralo.

Lo soltó y antes que Apo pudiera parpadear, había desaparecido de su vista.

Mile corrió a través de la multitud, detrás de los Daimons. Se detuvo en la entrada lo suficiente como para pedirle a Ty que mantuviera a Apo en el bar, por su seguridad. No estaba seguro si el hombre lo ayudaría con eso o no, pero si al menos Ty podía retenerlo un poco, quizás le daría el tiempo suficiente como para matar a los Daimons antes de que llegase y se pusiera en peligro.

Luego de abandonar el bar, vaciló en la calle. La bulliciosa música aún sonaba en sus oídos. Pero aún así, podía sentir a los Daimons...

Al final de la calle, dobló por Royal y fue en la dirección por la que estaba seguro que habían desaparecido. Los Daimons estaban moviéndose rápido, llevándolo hacia la oscuridad.

A menos que estuviera equivocado, lo cual era muy poco probable, había un gran grupo de ellos.

Comenzó a caminar más despacio mientras se acercaba a la calle St. Louis y doblaba allí. No había ido muy lejos cuando se encontró con un portón apenas entreabierto.

Estaban dentro. Tranquilos y quietos.

Esperando.

¿Ya habían matado a los humanos?

Extrayendo una daga, y sosteniéndola de tal modo que la hoja estuviese en línea con su antebrazo mientras el puño descansaba letalmente en su palma, abrió más la puerta, cuidando de no hacer ni un solo sonido mientras entraba al patio negro como boca de lobo.

Era una noche sin luna, y a diferencia de la mayor parte de Nueva Orleáns, no había luces allí. Anduvo por el costado del edificio, sabiendo exactamente qué esperar.

07 MileApoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora