Capítulo 03

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Apo colgó el teléfono, sintiéndose un poco raro por su conversación. Y se sentía aún más extraño por la predicción de Plan acerca de su salud. La preocupaba mucho, especialmente cuando estaba combinada con su propia sensación de intranquilidad.

Casi había muerto dos veces tres años atrás, cuando Desiderius había intentado asesinar a Plan y a Mean. Desde entonces, ningún Daimon se había acercado a él. Principalmente porque había perfeccionado sus habilidades y se había vuelto mucho más observador.

Pero los de la noche anterior...

Habían sido difíciles de matar, y un grupo de ellos había escapado. Seguramente no regresarían. La mayoría de los Daimons desocupaban el área rápidamente luego de cruzarse con él, o con uno de los Dark Hunters. La valentía no era precisamente algo por lo que fueran conocidos: como eran jóvenes, y la idea era mantenerse con vida, muy pocos Daimons querían competir con el ejército de Artemisa, el cual constaba de guerreros con cientos, si no miles, de años de experiencia en combatirlos.

Sólo Desiderius -quien había sido mitad dios- había poseído la fuerza y estupidez suficientes como para pelear con los Dark Hunters.

No, los Daimons de la noche pasada se habían ido, y él estaría bien. Plan debía haber comido algo en mal estado, o algo así.

Regresó junto a Mile, que estaba terminando con su cena.

-¿Cuáles son tus poderes? -le preguntó.

Él pareció un poquito desconcertado ante la pregunta.

-¿Perdón?

-Tus poderes de Dark Hunter. ¿Incluyen premoniciones o precogniciones?

-No -dijo Mile antes de tomar un trago de vino-. Como la mayoría de los Dark Hunters romanos, salí bastante, y por favor disculpa lo burdo de esto, "perjudicado" en ese departamento.

Apo frunció el ceño.

-¿Qué quieres decir?

Él respiró hondo antes de responder.

-A Artemisa no le importaba el hecho de que en Roma ella no fuese una deidad importante. Más bien, era principalmente venerada por nuestras clases más bajas, los esclavos y las mujeres. Así que mudó su rencor a nosotros cuando fuimos creados. Soy más fuerte y más ágil que un humano, pero no poseo los elevados poderes psíquicos que tienen el resto de los Dark Hunters.

-¿Entonces cómo te las arreglas para luchar contra los Daimons?

Él se encogió de hombros.

-Del mismo modo que tú. Peleo más habilidosamente que ellos.

Sí, tal vez, pero Apo se encontraba ensangrentado con frecuencia luego de sus batallas. Se preguntaba qué tan seguido le pasaba a él también. Era difícil luchar contra un Daimon siendo humano.

-Eso no está bien -dijo Apo, enojado en su nombre por que Artemisa hubiese creado una desigualdad semejante entre sus Dark Hunters.

¿Cómo podía la diosa hacerlos flojos, sabiendo lo que tenían que enfrentar?

Hombre, Jam tenía razón. Artemisa era una diosa-bruja.

Mile frunció el ceño ante la furia que escuchó en la voz de Apo. No estaba acostumbrado a que nadie se pusiera de su lado en ningún asunto. Ni como hombre, ni como Dark Hunter. Siempre había parecido ser su desdicha terminar del lado de los perdedores en cualquier asunto, sin importar si estaba en lo correcto o no.

-Pocas cosas son justas alguna vez -Tomó lo último de su vino y se puso de pie, luego inclinó la cabeza hacia él-. Gracias por la comida.

-Cuando quieras, Milo.

07 MileApoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora