Capítulo 08

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Apo colgó el teléfono, aterrado. Jamás había escuchado tanto temor en la voz de Plan. Peor aún, conocía los poderes de su hermano... si Plan había anticipado su propia muerte...

Sin vacilar, Apo llamó a Mew.

—Hola, Mew —dijo, notando el modo en que la atención de Mile pasaba de la pizza a él—. Tengo un problema. Plan acaba de llamarme, y dijo que había soñado con su propia muerte, y anoche me crucé con algo verdaderamente horripilante. Era...

Mew apareció ante él.

—¿Qué? —preguntó.

Apo se quedó helado un segundo, al darse cuenta de lo que Mew había hecho. Era realmente terrorífico a veces.

Colgó el teléfono y repitió todo otra vez, incluyendo detalles acerca del fantasma que habían visto la noche anterior.

Mew tenía una mirada remota en los ojos, inclinando la cabeza como si estuviera escuchando a alguien.

—¿Puedes ver su muerte? —le preguntó Apo.

Mew se quedó allí de pie, con el corazón latiendo salvajemente mientras intentaba aclarar la bruma que rodeaba el futuro de Plan y de Mean.

No veía nada.

No escuchaba nada.

Demonios. Por eso es que siempre hacía lo posible por no dejar que nadie se acercara demasiado a él. Cada vez que se permitía que alguien le importara o formara parte de su propio futuro, no podía ver sus destinos.

No había nada excepto oscuridad en lo que concernía a Mean y Plan, y odiaba eso más que nada.

—Háblame, Mew.

Miró a Apo, escuchó y sintió el miedo y el pánico en su mente. Los pensamientos que divagaban, mientras buscaba un consuelo que él no podía darle.

Incluso el futuro de Apo estaba prohibido para él ahora.

—Su destino era ser feliz —dijo con calma.

Pero la palabra clave de esa frase era "era". El libre albedrío podía, y con frecuencia lo hacía, alterar el destino.

¿Qué había cambiado?

Algo era, y Plan debía haberlo vislumbrado en su sueño.

Confiaba lo suficiente en los poderes de Plan como para no dudar de él. Si había anticipado sus muertes, entonces era una consecuencia probable, a menos que Mew pudiera encontrar la causa y cambiarla antes que fuera demasiado tarde.

Mew cerró los ojos y se permitió sentir las mentes de los humanos. Buscó lo que posiblemente podría cambiar el destino de Plan, pero no encontró nada.

Nada.

¡Maldita fuera!

Mile estaba detrás de él ahora. Mew dio un paso al costado para no darle la espalda al romano.

—Dime exactamente qué sucedió anoche —le dijo Mew a Apo.

Apo relató toda la escena con el fantasma mientras Mile agregaba algunos detalles.

—¡Krist! —llamó Mew, convocando a su contacto Spathi.

Apo frunció el ceño. Mew estaba actuando de un modo muy extraño, y podía sentir su preocupación.

—¿Quién es Krist?

Antes que completara la pregunta, otro hombre alto e increíblemente apuesto apareció en su cocina. Estaba vestido con pantalones de cuero negro y una camisa negra, y tenía el cabello rubio muy claro y ojos azules.

07 MileApoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora