RESUMEN
Atrás quedaron los tiempos en que Mile Phakphum era un despiadado general romano, fiel al lema de su aristocrática y poderosa familia: no conceder clemencia ni esperar recibirla. Hasta que una brutal traición le obligó a entregar el alma a cambio de una inmortalidad que no deseaba.
Ahora, tras siglos de vivir en soledad, repudiado por el resto de los Cazadores Oscuros, que no le perdonan su cruel pasado, su altivez y su frialdad, un hombre irrumpe como un torbellino en su vida.
Apo Devereaux es distinto, atrevido, imprevisible; hace tambalear su mundo y sus creencias. Y está decidido a despojarle de esa máscara tras la que él se oculta para abrir en su corazón una puerta a lo desconocido, a lo prohibido...
Fecha Nacimiento: BC 152
Lugar Nacimiento: Roma
Lema: Carpe Noctem (Aferra la Noche)
Canción favorita para cazar: Psychokiller, Talking Heads
Ubicación actual: Nueva Orleans
Frase de Abrazo de la noche: "De haber estado en Troya cuando dejaron el caballo, hubiera habido Griegos asados en la playa ese día."Mile es el hijo de un Senador Romano. A la edad de veintidós años, se convirtió en un General Romano que lideró las conquistas a través de Grecia, Galia y Britania. Por la razón más obvia, él no se lleva bien con la mayor parte de Dark Hunters y es imperativo que lo mantengamos alejado de Mean, Kell, Safrax, Ohm y Zoe.
Mile está realmente condenado al ostracismo por el resto de sus camaradas. Reta ha tratado de tanto en tanto acercarlo al círculo íntimo de los otros Dark Hunters, pero los más antiguos se niegan a perdonarlo por sus crímenes en el pasado.
Nadie sabe qué lo trajo de nuestro lado.
Mile hizo su debut en Abrazo de la noche:
Zee siguió su mirada y vio a Mile acercándose. Él sólo se había encontrado con el general romano una sola vez, cuando Mile había llegado a asumir los derechos de Dark Hunter de Mean.
Mile miró la campera de Zee y su colgante, y dijo con desprecio: Celta, dejando a Zee saber que la amistad con este Dark Hunter era tan probable como encontrar un lugar de estacionamiento para un tanque en Bourbon Street durante Mardi Gras.
El pelo negro del romano estaba atado en una cola impecable. Vestía pantalones pinzados negros, mocasines, suéter cuello de tortuga, y un abrigo largo de cachemira. Si uno no lo conociera mejor, parecería ser un abogado adinerado, no un ejecutor de Daimons.
PRÓLOGO
—Feliz cumpleaños, Agrippina —dijo Mile mientras posaba una sola rosa roja a los pies de la estatua de mármol que poseía un sitio sagrado en su hogar.
No era nada comparado con el sitio sagrado que esa misma mujer había tenido en su corazón mientras estaba viva. Un lugar que aún ocupaba, incluso después de dos mil años.
Cerrando los ojos, se sintió destrozado por el dolor de su pérdida. Destrozado por la culpa que los últimos sonidos que hubiera escuchado como mortal fueran los angustiantes sollozos de ella mientras gritaba pidiendo su ayuda.
Incapaz de respirar, se estiró y tocó su mano de mármol. La piedra era dura. Fría. Rígida. Cosas que Agrippina jamás había sido. En una vida que se medía por una brutal seriedad y aspereza, ella había sido su único refugio.
Y él aún la amaba por la silenciosa bondad que le había otorgado.
Apretó la delicada mano con las suyas, y luego apoyó su mejilla contra la fría palma de piedra.
Si pudiera pedir un deseo, sería recordar el sonido exacto de su voz.
Sentir la calidez de sus dedos sobre los labios.
Pero el tiempo le había quitado todo, excepto la agonía que le había causado a ella. Moriría diez mil veces más si tan solo pudiese salvarla del dolor de esa noche.
Desgraciadamente, no había modo de volver el tiempo atrás. No había manera de forzar a los Destinos a deshacer sus acciones y darle la felicidad que ella debería haber conocido.
Así como no había nada que pudiese llenar el doloroso vacío dentro de él por la muerte de Agrippina.
Haciendo rechinar los dientes, Mile se apartó y notó que la llama eterna que ardía a su lado estaba chisporroteando.
—No te preocupes —le dijo a su imagen—. No te dejaré en la oscuridad. Lo prometo.
Era una promesa que le había hecho en vida, e incluso en la muerte, jamás la había roto. Durante más de dos mil años la había mantenido en la luz, aunque él mismo se veía forzado a vivir en la oscuridad que la había aterrado.
Mile atravesó la iluminada habitación para alcanzar el gran aparador estilo romano que guardaba el aceite para la llama de Agrippina. Lo extrajo y lo llevó hasta la estatua; entonces subió al pedestal de piedra para derramar lo último que quedaba dentro de la lámpara.
En esta posición, su cabeza estaba a la misma altura que la de ella. El escultor al que la había encargado siglos atrás había capturado cada delicada curva y hoyuelo de su precioso rostro. Sólo la memoria de Mile sustituía el color miel de su cabello. El vívido verde de sus ojos. Agrippina había sido perfecta en su belleza.
Suspirando, Mile tocó su mejilla antes de descender. Era inútil permanecer en el pasado. Lo hecho, hecho estaba.
Ahora había jurado proteger a los inocentes. Custodiar a la humanidad y asegurarse que ningún otro hombre tuviese que perder una luz tan valiosa en su alma como la que Mile había perdido.
Seguro de que la llama duraría hasta la noche siguiente, inclinó la cabeza respetuosamente ante su estatua.
—Amo —le dijo, susurrando la palabra latina para "te amo."
Era algo que rogaba a los dioses haber tenido el valor de decirle en voz alta mientras estaba viva.
⚜️ Contienen spoilers de los libros anteriores.
⚜️ Contiene Mpreg (embarazo en hombres)
⚜️ No es necesario que leas los libros anteriores, pero puedes hacerlo para saber el contexto de algunas cosas.
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07 MileApo
FanfictionUn vampiro y un cazador de vampiros #perdonenaMile #prayporMilo »Resumen adentro.