Apo no estaba para nada preparado para la reacción de Mile a su beso. En un rápido y tierno movimiento lo acercó a sí, lo levantó del suelo, giró y luego lo recostó sobre las pulidas escaleras. No era la más cómoda de las posiciones, pero era extrañamente erótica.
Aún así, no era rival para su beso caliente y exigente, que lo dejó débil y sin respiración. Su cuerpo largo y masculino yacía entre sus piernas, mientras mantenía todo su peso sobre una rodilla. Apo podía sentir la erección presionando contra su centro, mientras su propio cuerpo ardía por sentirlo de este modo, desnudo.
El intenso y delicioso aroma de Mile lo atravesó, excitándolo aún más.
No había nada civilizado ni correcto en la manera en que la besaba. Nada civilizado en la manera en que lo abrazaba. Era crudo y mundano. Prometedor.
Apo envolvió sus piernas alrededor de la delgada cintura mientras le devolvía el beso con todas sus fuerzas.
Mile no podía pensar mientras lo saboreaba. Mientras lo sentía. Apo lo envolvía en un capullo con su calidez y su pasión.
Apenas podía contenerse para no tomarlo en las escaleras como un bárbaro jefe militar.
—Tienes que dejar de besarme, Apo —le susurró entrecortadamente.
—¿Por qué?
Él siseó mientras Apo mordía suavemente su mentón.
—Porque si no lo haces, te haré el amor, y eso es lo último que cualquiera de nosotros necesita.
Apo trazó el contorno de los labios de Mile con la lengua mientras él hablaba. Lo único que quería era quitarle la ropa y explorar cada centímetro de su exquisito y masculino cuerpo con la boca. Lamerlo y provocarlo hasta que rogara por su piedad.
Pero él tenía razón. Era lo último que necesitaban. Él era un Dark Hunter que tenía prohibido tener pareja y, aún peor, no era el tipo de chico que pudiera presentarle a su familia alguna vez.
Todos se pondrían en su contra por entablar amistad con el enemigo más odiado de su cuñado. Mean había sido más que aceptado en su enorme familia. Todos lo querían.
Incluso Apo. ¿Cómo podría lastimarlo de este modo?
No, no era justo para ninguno de ellos.
—Está bien —dijo tranquilamente—. Pero primero tendrás que salir de encima de mí.
Eso fue lo más difícil que Mile tuvo que hacer en su vida. Todo lo que su corazón deseaba era quedarse allí mismo donde estaba. Pero no podía, y lo sabía.
Respirando profundamente, se obligó a levantarse y ayudarlo a ponerse en pie.
Su cuerpo seguía duro, le costaba respirar. No soportaba estar cerca de Apo sin tocarlo. Pero, por otro lado, estaba acostumbrado al control.
Lo habían criado de ese modo.
Lo que jamás había esperado era la necesidad casi animal que sentía por tomarlo. Era primitiva y exigente. Feroz. Y lo único que anhelaba era probar a Apo.
—Supongo que esta es la parte en la que nos separamos —dijo, con voz entrecortada.
Apo asintió. Pasó tan cerca de él que pudo oler su aroma crudo e innatamente masculino. Hizo que su corazón se acelerara y alimentó aún más su deseo.
Apenas podía evitar acercarse a él. Anhelando, lo vio abrir la puerta principal de su casa.
—Gracias, Apo —dijo calmadamente.
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07 MileApo
FanfictionUn vampiro y un cazador de vampiros #perdonenaMile #prayporMilo »Resumen adentro.