Gordo• [Ohmnanon]

10

La respiración calmada de Nanon en la cama, es lo único que puedo escuchar, porque se ha quedado en silencio.

—¿En qué estás pensando? —pregunto en un susurro.

—Creo que perdí la cabeza —dice cerrando los ojos.

Sí, tal vez yo también, porque me atreví a besarlo tanto.

—Nanon —digo acariciando su mano derecha con uno de mis dedos.

—Perdón —responde levantándose— lamento lo impulsivo que estoy siendo, ahora, en la mañana, no lo sé... estaba volviéndose insoportable, porque yo... estoy tan enamorado de ti.

Aún parece irreal, escucharlo decir eso.

Suspiro, porque se acerca de nuevo, y me besa, bajando las manos por mi pecho.

—¿Qué están haciendo —pregunta Chimon desde la puerta, y Nanon se aleja, aclarando su garganta— con la luz apagada?

Cierro los ojos, porque prende el interruptor, y nos mira, esperando una respuesta.

—Hablando —digo levantándome— Nanon dice que me ha traido algo de comer.

Camino a las escaleras, y las bajo, intentando ignorar las cosquillas que aún siento en los labios.

Nanon de verdad me ha besado.

Varias veces.

Mi corazón está loco por eso, por él, por todo.

Cuando entra a la cocina detrás de mí, y saca un plato, me mira directamente a los ojos.

Hay mucha luz acá, y puedo verlo bien.

Está avergonzado.

—¿T-Te sirvo? —pregunta desviando la mirada y yo asiento.

—Sí, gracias.

Juego con mis dedos en la mesa, y tomo aire, para tener fuerzas, porque quiero decirle lo que pasa por mi mente.

—Nanon —digo volteando hacia él y me mira.

—¿Sí?

—Tú siempre... es que yo... y tú...

Sonrío, porque él se estira y me da un beso pequeño.

—¿Lo solucionas todo besándome? —le pregunto bajito y él sonríe.

—A veces tampoco sé que decir.

Mi sonrisa desaparece, cuando coloca el plato frente a mí, con mucho pollo frito.

El olor me hace sentir algo mareado.

—Tu favorito —dice agarrando una papa y la mete en su boca.

Intento evitarlo, pero miro sus dientes moviéndose, y no se siente bien.

Estiro la mano, para agarrar una también.

Siento su mirada sobre mí, como si realmente quisiera verme comer, así que la meto a mi boca.

Está rica.

Llevo un tiempo largo sin comer algo con tantas calorías.

Agarro el pollo, soltando un suspiro, y mastico lento.

—Está muy bueno —agrega comiendo también, y mi estómago empieza a sentirse descompuesto.

No, no quiero vomitar.

No quiero hacerlo, de verdad.

Bajo el pollo, y Nanon me mira, porque camino hacia la puerta.

—¿Ohm?

—D-Dame un momento.

Subo las escaleras intentando ignorar el asco que siento, pero tengo las arcadas al borde de ganarme.

Abro mi habitación y voy al baño, para acercarme al inodoro.

Las lágrimas en mis ojos, por la fuerza con la que estoy vomitando, no me dejan ver.

Me apoyo en la puerta para cerrarla, porque escucho los pasos de Nanon, y siento el hilo de vómito saliendo de mi boca.

—¿Estás bien?

—Sí —respondo levantándome a ponerle el seguro.

Me acerco a la llave y la abro, mirando mi reflejo.

No quiero darle asco a Nanon, pero no pude controlarlo.

Quizás... algo está mal en mí.