5

2.1K 265 235
                                        


No quiero seguir haciéndome daño, solo porque alguien no me quiere.

He tenido las palabras de Mark en mi cabeza durante los últimos días, y sé que no están lejos de la realidad.

Así que voy a priorizarme a mí.

Bajo a la cocina, para agarrar una botella de agua.

He cambiado un poco más mi dieta.

Tomo leche en las mañanas, mucha ensalada en el almuerzo y ya no tengo hambre el resto del día.

Quizás hoy pueda permitirme una manzana, si hago abdominales extra.

—Buenos días —dice Chimon entrando y mira mi plato.

Tan insoportablemente metiche.

—Comeré afuera después del gimnasio, si como antes, podría vomitar —le explico antes de que empiece a darme un discurso.

—Yo no he dicho nada —responde sacando una caja de jugo.

Los azúcares añadidos ahí, podrían matarlo.

Agarro mi mochila y salgo colocando la música en mis auriculares, porque siempre camino en lugar de usar el auto.

Nunca está de más.

Al llegar, veo a mi entrenador en la entrada y lo saludo, dejando mis cosas a un lado.

—Muy bien —dice mirándome— ¿Ya notaste lo mucho que estás tonificando tu cuerpo?

—¿Lo crees? —pregunto inseguro.

—Te ves bien, solo continúa alimentándote correctamente, ¿de acuerdo?

Asiento, aunque lo he oído hablar de su alimentación y creo que es demasiado.

Prefiero comer menos.

—Ohm —dice First levantando la mano cuando me acerco y le sonrío.

—Buenos días.

—¿Vas a entrenar conmigo hoy? —pregunta besando mi mejilla y yo asiento.

Ayudarlo me distrae de mis pensamientos.

El estómago suele quemarme más fuerte en las mañanas.

Cuando subo las pesas me está mirando sonriendo y yo pienso en qué tengo en la cara.

Nunca me ha gustado la atención de la gente, porque creo que están juzgándome.

Siempre he sido la clase de persona que no habla en clases, porque teme decir algo equivocado.

Nunca hago un reclamo cuando el mesero se equivoca en un plato, y como lo que haya traido, porque no quiero incomodarlo.

Cuento las monedas cuando voy a comprar algo, porque no quiero demorarme al pagar para no hacerle perder el tiempo a alguien.

Y no me gusta decirle que no a las personas.

—¿Quieres salir hoy? —pregunta de la nada.

—¿Salir?

—Vamos al cine, en la noche, podemos vernos ahí.

Suena a una salida de amigos, y supongo que eso somos.

—Sí.

No vuelve a tocar el tema en todo el entrenamiento, hasta el final.

Al despedirse me recuerda la hora y asiento, agarrando mis cosas también.

Para regresar a casa.

Nanon y Chimon siempre están fuera en el día, por sus clases, así que me quito la camiseta al entrar, para ir rápido a la ducha.

Grito cuando veo a Nanon sentado en la sala.

—¿Qué haces? —pregunto asustado.

Intento cubrir mi abdomen, porque no estoy cómodo mostrando mi cuerpo.

—Te esperé para hablar —dice bajando la mirada— yo odio no sentir que estamos bien.

—Estamos bien —respondo acercándome— no lo sé... supongo que a veces parece que se formó un espacio entre nosotros pero al final, tú sigues siendo mi mejor amigo.

Él asiente mirándome y tiene los ojos brillando.

—No vayas a llorar, Non, por favor.

—No lo haré si pasamos juntos el día, hace tiempo no hablas conmigo, como antes.

Desde que tiene novio, básicamente.

Y no es cosa mía, él ahora prefiere darle su tiempo y yo acepté el lugar que me corresponde.

—Me encantaría.

—¿Vamos a algún lado? —pregunta entrelazando nuestros dedos y yo asiento.

—Deja que me dé una ducha.

—Está bien —dice agarrando mi camiseta.

Noto como pone con cuidado sus dedos en mi brazo y muerde su labio inferior.

—Está muy bueno... el gimnasio.

—Sí —respondo asintiendo— el servicio es bueno, y las máquinas limpias.

Gordo• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora