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Últimamente, siempre estoy de malhumor.

No tengo ganas de hacer algo, a veces no quiero ni salir de la cama para ir a entrenar.

Muevo el control en mi mano, porque estoy sentado en la sala intentando ver algo en el televisor, para evitar los pensamientos que tengo en estos días.

Me ayuda estar fuera de mi habitación, cuando quiero vomitar.

—No he comido hoy —digo al aire, tratando de responderle a mi mente.

Nunca la había sentido tan ruidosa como ahora.

—Ohm —escucho detrás de mí y volteo.

—¿Sí?

Es Nanon.

—¿Estás bien?

—Sí.

—Chimon ya terminó sus clases y está en el centro, ¿vamos a comer?

Hago una mueca casi imperceptible y niego con la cabeza.

—Ya he comido, quiero ver una película.

Regreso mi mirada a la pantalla, apoyándome en el respaldar y siento sus brazos alrededor de mi cuello.

Me pone tenso, porque besa mi mejilla derecha, varias veces.

—¿No quieres que la veamos juntos?

—Solo vete con Chimon —respondo rápido y creo que sonó más duro de lo que quería, porque me suelta.

—E-Está bien.

—Podemos ver algo en la noche, ¿suena bien?

Él asiente, pero ahora parece desanimado.

—Nanon —digo al verlo caminar a la puerta y él se detiene— oye...

—¿Hice algo mal? —pregunta girando hacia mí— no sé que está pasando, pero he sentido últimamente que estoy molestándote.

—No es así.

—No necesitas esforzarte para tener que pasar tiempo conmigo, si tu propuesta es para evitar que me sienta mal, no necesitas hacerla, porque ya lo lograste.

—Nanon...

—Dime si ya no quieres que seamos amigos, me agota estar todo el tiempo intentando creer que esto no se está rompiendo, cuando es obvio que sí.

Suspiro, porque sale tirando la puerta y cierro los ojos, pasando mis manos por mi cabeza.

Mi estómago ardiendo no me permite concentrarme, y ese dolor siempre me hace sentir mareado.

Camino a la cocina, para buscar algo de tomar.

Abro el congelador y mi respiración se corta, al ver el helado.

Lo agarro con una mano, y busco algo más de comer en los estantes.

No me sirvo de la bolsa, solo llevo todo al sillón y como, mirando la pantalla.

Odio que Nanon tenga que sentirse mal por mi culpa.

Mark no ha regresado desde la semana anterior, y quizás yo no estoy siendo un buen amigo.

No me senté a hablar con él al respecto, porque no tengo ganas de algo más que estar solo.

De todos modos, él va a regresar, porque ellos siempre vuelven.

Me detengo, varios minutos después, al ver que ya no hay más galletas.

Miro la bolsa, porque ya me las terminé, y me levanto rápido.

Fue demasiado.

Subo las escaleras y voy al baño, agachándome   justo frente al inodoro.

No me siento orgulloso, porque es una prueba de debilidad.

Sentarme a comer, incluso si voy a botarlo todo después, demuestra que soy débil.

No debo comer, es tan simple como eso, pero no soy capaz, porque no sirvo para nada.

Me levanto y prendo la ducha cuando termino, para meterme ahí.

Respiro profundo, sintiendo el agua pasando por mi rostro.

Junto con mis lágrimas.

Estoy actuando como un idiota, y Nanon ya se cansó.

Miro mis brazos cuando los siento arder, y me doy cuenta que estuve rascándolos con mis uñas, sin darme cuenta.

Ese dolor, no es tan malo, porque ahora mi mente está más silenciosa.

Gordo• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora