Prólogo•

2.7K 287 145
                                    


Estoy poniéndole mucho chocolate encima a las fresas que he lavado, mientras bailo en la cocina, cuando escucho la puerta principal abriéndose.

Suspiro, porque esos gritos significan que Mark va a quedarse a dormir esta noche.

Chimon aún no regresa de la universidad, así que esto va a volverse incómodo solo para mí.

—¿Y qué demonios querías que hiciera? —le pregunta Nanon acercándose a las escaleras.

—¿Tenerme parado en la puerta de la universidad por horas era una opción?

—¡Yo no controlo las clases que tengo si quien las da decide alargarlas! —grita subiendo— ¡Estoy harto de ti, ya lárgate de mi casa!

Bajo la mirada apenas tira la puerta de su habitación, porque escucho los pasos de Mark acercándose a la cocina.

Pelear es común para ellos, pero siempre parece estar empeorando.

Él no me saluda, solo se acerca al congelador y saca una botella de agua, con un malhumor que puede sentirse a la distancia.

—Por eso estás tan gordo —dice mirando mi plato.

Se sienta en la barra y agarra su teléfono, soltando un suspiro.

Levanto una fresa, observándola con cuidado y veo el chocolate ahí, cubriéndola por completo.

La bajo, pensando en que quizás no ha sido una buena idea ponerle tanto.

—No he comido desde el desayuno, tuve el día ocupado —respondo bajito.

Sé que no le importa, él nunca ha tenido interés en ser amistoso conmigo o con Chimon, aunque es nuestra casa también, pero siento la extraña necesidad de justificarme.

Como si... estuviera haciendo algo malo.

—Si me viera como tú, me ahorraría el desayuno también.

Bajo la mirada a mi cuerpo, un poco confundido.

Sé que no soy delgado, pero no había notado que estuve subiendo de peso, últimamente.

Quizás, debería empezar a comer menos.

Gordo• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora