El deseo de cumpleaños

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Yoongi

Me di el lujo de oler su tierna piel, en verdad su aroma me enloquecía, tenia demasiado sin desear a nadie, sin pensar en algo lujurioso, mi mente era solamente para el trabajo y mi hijo. Ji Eun fue una especie de trampa, es demasiado irreal. Tiene todo lo que deseo en una mujer sin saber que lo necesitaba. Ahora está aquí luciendo un poco indefensa, al mismo tiempo preciosa con sus ojos llenos del mismo deseo que yo.

—Yoon.

Se retorcía mientras dejaba besos en su cuerpo, su lindo camisón estaban en el piso de mi habitación al igual que mi camisa, me di el lujo de delinear con mi lengua su abdomen plano, su piel se erizaba y su respiración se agitaba mientras no dejaba de acariciar sus muslos y bajar poco a poco hasta su húmeda entrada.

—¿Estas bien? —jugué con el elástico de su diminuta ropa interior —no tenemos que hacer esto aún.

—Estoy donde deseo estar, de eso no tienes que preocuparte.

—Entonces déjame hacerlo lo más sencillo para ti.

Retire su ropa interior ante su mirada, se pare sus piernas y coloque sus muslos en mis hombros, me concentre en saborear un poco sus labios vaginales antes de atender el palpitante botón. Estaba muy húmeda, mi lengua resbalaba con facilidad, con movimientos circulares aprete su clítoris, ella soltó un gemido agudo cubriendo su rostro en el proceso.

—No hagas eso, deseo escucharte.

—Siento que me correré muy rápido.

—Y no tiene nada de malo, déjame probarte.

Volví a lamer metiendo la lengua esta vez empujando un poco más, levanto sus caderas pegándose mas a mi boca mientras sus piernas temblaban estallando en un lindo orgasmo con un dulce gemido profundo, su cuerpo se relajo y quedo en la cama con la respiración agitada, es la imagen del erotismo mismo. Me levante para tomar unos preservativos, Jimin los había metido en mi cajón diciendo que como mi secretario era su deber prever todo.

Quería golpearlo en ese momento y ahora se lo agradecía.

Coloqué el preservativo para subir de nuevo a la cama, me acoge en medio de sus piernas y empecé a besarla, sus manos acariciaban mi espalda, mientras sus piernas se enredaban en mi cintura, podía sentir sus duros pezones contra mi pecho mientras nuestras lenguas danzaban de manera sincronizada.

—Lo hare despacio —la mire a los ojos —me detienes si duele demasiado.

Asintió y bese su frente, me alinee para sentir lo caliente de su entrada, al entrar el paraíso se abrió ante mí, se aferró a mi espalda y un jadeo corto su respiración, sus latidos se sentían contra mi pecho, me quede inmóvil esperando alguna otra reacción.

—¿Puedes besarme?

Busqué sus labios para atraparlos entre mis dientes, volviéndolo un beso lento, moví un poco mi cadera, sus uñas se encajaron mi espalda y podía sentir sus gemidos llenando mi boca, poco a poco me moví mas rápido, ella dejo de tensarse, los ataques en mi espalda se volvieron caricias, fui un poco más rápido.

—Yoon, dios, así.

Tome su muslo para meterme un poco mas profundo, nuestras pieles rozando, el sudor entre ambos era notorio, beso mi cuello, yo estaba tan perdido en todas las sensaciones que sentía, cada sonido que había en la habitación era armonioso, sentí como apretó aun mas en mi interior haciendo que llegara junto con ella.

No pude dejar de besarla, estaba agradecido de que llegara a mi vida.

El sonido de una alarma me despertó, mire a mi alrededor y no estaba ella, solo una nota con una letra perfecta.

My nannyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora