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Sesshōmaru odiaba las lágrimas, por eso mismo era que jamás había aprendido a lidiar con ellas. Nunca supo qué hacer o decir cuándo Kagome lloraba en su regazo por algún suceso, llegó un momento dónde solamente lloraba por la pérdida de sus seres queridos y lo único que hacía en esos momentos era pasar su mano por su espalda, mientras la acariciaba suavemente, sino era su espalda, era su cabello.

Y contrario a lo que esperaba, funcionaba.

Pero no se consideraba alguien experto en tratar a alguien llorando. Por eso cuándo pasó junto a la terminal de autobuses y vio a un chico tratando de consolar a una humana, se dijo que probablemente era una misión difícil para él. Lo vio titubear, dudar en si acercarse o no, incluso parecía que no sabía qué decirle.

—Tu no lo entiendes —finalmente pudo hablar ella antes de que el autobús que él estaba esperando llegara—. ¿Alguna vez te has enamorado realmente?

Parecía una pregunta sencilla, hecha al azar por alguien que seguramente tenía roto el corazón. Sabía qué aquella cuestión no debería de afectarle de ninguna manera, pero lo hizo. La pregunta dio vueltas en su mente como si él hubiera sido el cuestionado.

Y la respuesta era clara.

«Sí».

Puso un pie dentro de aquel autobús, luego el otro y finalmente tomó uno de los lugares, miró por la ventana y nuevamente la imagen de Kagome llegó a su mente, más nítida que otras veces.

Sí se había enamorado.

De una humana.

De Kagome.

Y de eso había pasado mucho tiempo, pero el sentimiento seguía tan latente en su pecho como si nunca la hubiera perdido, como si ella jamás se hubiera apartado realmente de su lado. Y posiblemente así era, porque había vivido evocándola en cada pensamiento, viendo su brillante sonrisa en cada cosa que a ella le gustaba o él intuía que le gustaría de aquella nueva era.

Kagome nunca se había ido realmente de su mente y era por eso mismo que la buscaba, porque el tiempo no le ayudaba a olvidar, el tiempo le reafirmaba que la seguía amando a pesar de todo el tiempo separados.

Y Goshinboku parecía el lugar dónde su búsqueda finalmente tendría fin. Sabía que tendría que recorrer la ciudad en búsqueda de ella, pero ya había pasado siglos en esa tarea que unas horas o un día más no haría la diferencia.

«Pronto» Se dijo, con unansia que no sabía podía llegar a experimentar.

Eternidad (Sesshome) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora