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El híbrido de oso miraba como aquel castaño que lo acompañaba en sus vacaciones, se encontraba refrescandose en el lago que hayaron a mitad de su viaje

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El híbrido de oso miraba como aquel castaño que lo acompañaba en sus vacaciones, se encontraba refrescandose en el lago que hayaron a mitad de su viaje. En el momento que aquellos rubíes se giraron hacia su posición, fue cuando decidió desviar su atención hacia el mapa.

No es como si Rubius estuviera interesado en el hijo del fundador de Karmaland, para nada, solo estaba intrigado por las razones que aquel chico había decidido acompañarlo.

Revisando el mapa, una sonrisa se formó con sus labios, enrolló el papel y luego lo guardó en su mochila, volviendo a desviar su atención hacia su compañero, quien poco a poco se acercaba a él, su piel pálida brillaba por la humedad y su cabello estaba escurriendo.

Deja de mirarme así –habló el castaño en un tono serio.

Las mejillas del peliblanco se tornaron de un suave color rosado y prefirió agachar el rostro para centrar su vista en sus botas.

¿Cuando llegaremos? –preguntó mientras se vestía.

El de ojos verdes carraspeo la garganta, al mismo tiempo que se ataba los cordones de su bota.

Mañana –respondió calmado.

El castaño soltó un suspiro– Al fin –tomó asiento sobre el césped para poder ponerse las botas y atar los cordones.

Lo primero que haremos cuando lleguemos, será apostar nuestra suerte –sonrió emocionado.

El de mirada carmín miró de reojo a su compañero y luego continuó concentrándose en sus cordones.

A veces me pregunto, si tu ambición no es contagiosa –dijo serio.

El chico oso arqueó una ceja y entonces se atrevió a mirar al chico de cabello castaño.

Quieres apostar todo lo que traemos –los rubíes se encontraron con las esmeraldas– Y lo peor es que perderemos todo.

Rubén soltó un gruñido y poco después se levantó de su asiento.

Debes tener un poco más de fe en mí –frunció el ceño.

El castaño arqueo una ceja mientras continuaba observando al de cabello palido.

Lo tendría si no te conociera, Rubius –Se agachó para tomar su mochila y poco después colgarsela en la espalda.

El de ojos verdes soltó un bufido al mismo tiempo que ponía los ojos en blanco.

Ya vamonos o llegaremos en una semana –se volvió a colgar la mochila en la espalda.

Dijiste que llegaríamos mañana.. –dijo el de mirada carmín.

¿𝑾𝒉𝒂𝒕 𝒊𝒇...? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora