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Las mañanas también eran preciosas en L'Manberg, las aves qué se encontraban en los árboles cantaban, las personas parecían amables y siempre estar de buen humor, no era para menos, su ciudad era considerada una de las más modernas en todo el mundo y todo gracias a su joven presidente que había trabajado muy duro para demostrarle a todos que no era un niño inútil como todos creían.
Pero tampoco sabían lo tenebroso que Quackity podría llegar a ser.
Este mexicano se encontraba en su oficina como normalmente, en compañía de Wilbur quien era su socio, y Foolish quien era el administrador de todo el lugar pero parecía más un simple secretario, no lo podían juzgar, no tenia muchas opciones, o cumplía los caprichos del mexicano o moría.
Esas eran sus opciones y Foolish prefería tener una vida larga.
Un castaño de ojos escarlata entró a la oficina del azabache con una charola en sus manos, anoche le había llevado la cena y mentiría si diría que Luzu no se sintió como todo un chiquillo malcriado cuando le informaron que Quackity quería que él cocinara su desayuno.
Le había gustado.
De eso no hay duda y lo hacía sentir tan orgulloso de sí mismo. Dejó la charola en un espacio disponible del escritorio para después tomar la pequeña jarra de acero para vertir café en la taza de la fina porcelana que encontró en la cocina.
-¿y el gato escurridizo? -preguntó el menor mientras agarraba el plato donde se encontraba su desayuno, se le hacía agua la boca con tan solo imaginar su sabor.
-Uno está limpiando tu habitación y el otro está preparando café como secretaria, solo le falta la faldita y las medias -dijo el de gafas en un tono burlon, ganándose una mala mirada del otro castaño.
-Estoy hablando de George -respondió serio antes de meterse un trozo de comida a la boca- Puedes retirarte, Lusu.
» ¿Ni un maldito "gracias"?
Maldito crio. «
Pensó Luzu mientras se giraba sobre sus talones y se acercaba a la puerta de la oficina.
-No se ha aparecido estos días -respondió el de piel dorada- De todas maneras tú no te preocupes, esta mañana duplicamos la seguridad, no te matara como tanto desea.
-Eso no es lo que me preocupa -dijo mientras masticaba su bocado- Quiero que pase desapercibido, no quiero que me haga todo un escándalo -se trago su bocado e inmediatamente cortó otro pedazo con su tenedor- Como presidente de este país no puedo envolverme en problemas, comenzarán investigaciones y me urge que llegue el cargamento.
-Llegará en dos días, Big Q -informó el de ojos oscuros.
-Pues espero que sea verdad -frunció ligeramente el entrecejo.