𝒫𝓇ℴ𝓁ℴℊℴ

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Un híbrido de oso se paseaba de arriba a abajo por toda su casa, revisando que no olvidaba algo importante o que probablemente necesitaría, revisaba todo con la intención de grabar en su memoria la posición adecuada de cada cosa, cada cofre, cada ...

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Un híbrido de oso se paseaba de arriba a abajo por toda su casa, revisando que no olvidaba algo importante o que probablemente necesitaría, revisaba todo con la intención de grabar en su memoria la posición adecuada de cada cosa, cada cofre, cada fotografía, cada mueble, incluso había dejado una mancha de café sobre el mármol de su encimera, creía que sí alguien entraba sin permiso a su hogar, limpiaria por error o a propósito aquella mancha de café.

Rubius solía ser un tanto paranoico.

A veces.

Escuchó algunos golpecitos en la puerta principal de su casa, sonrió levemente e inmediatamente se acercó al sofá para tomar su maleta.

Había solicitado unos días de descanso, los cuales aprovecharía al máximo, pues no se sabe que día Merlon, el líder del pueblo que habitaba actualmente, lo dejaría respirar tranquilo sin tantas misiones y responsabilidades que cumplir.

Pero misteriosamente, Luzu, el hijo adoptivo de Merlon, quiso acompañarlo, el de ojos verdes le había comentado sobre las pequeñas vacaciones que se daría, cuando se encontraron casualmente en el lago.

Lo extraño aquí es... ¿Por qué Rubius aceptó si su relación con Luzu no era tan buena?

Ni siquiera podría decirse que eran amigos.

Aquel castaño se la pasaba todo el tiempo con el príncipe Vegetta, ambos se paseaban por todo el pueblo, charlando, sonriendose y haciendo más cosas.

A Rubius no le agradaba la amistad de esos dos, mucho menos después de haber tenido una pequeña charla con el líder del pueblo el mismo día que solicitó sus vacaciones.

Solo de recordarlo, se le revolvía el estómago.

Se colgó la maleta en el hombro izquierdo y caminó hasta la puerta principal de su casa, esta era de cristal, a lo que se le facilitó reconocer a la persona que había dado ligeros golpecitos al frágil material.

Lo admitía, aquel castaño era muy atractivo, Rubius habría intentado coquetear con él e intentar seducirlo para obtener algún beneficio a su favor, después de todo, cuando Merlon muera, a Luzu se le otorgarán poderes sobre el pueblo sólo por ser el único heredero del viejo.

Pero no lo intentó sólo por una razón...
Vegetta.

–Buenos días, Luzu –saludó amistosamente cuando salió de su casa y cerró la puerta detrás de él.

El castaño asintió lentamente– Buenos días, Doblas –desvió la mirada hacia la dirección a la que iríanTraje los caballos como me lo pediste –giró su cuerpo para dirigirse a uno de los dos caballos que trajo consigo.

–Genial –sonrió levemente y siguió el paso de su compañeroEra lo mejor, el lugar a donde iremos, no está cerca.

–Ningún pueblo vecino está cerca –respondió en un tono serio.

–Ya lo sé, pero tardaremos cuatro días en llegar allá –explicó mientras se acomodaba sobre el caballo.

–¿A dónde iremos? –preguntó extrañado.

–L'Manberg –respondió con simpleza y echó a andar al caballo.

El castaño arqueó una ceja, no había escuchado de algún pueblo llamado así, pero no protestó, simplemente imitó la acción de Rubius y dieron inicio a su largo camino.

A su nueva aventura.

A su nueva aventura

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¿𝑾𝒉𝒂𝒕 𝒊𝒇...? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora