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Otro día deprimente pasaba, y el siguiente día deprimente se asomaba. Me restregué los ojos con molestia, otra vez había dormido mal. Miré mi reflejo sin muchas ganas de hacerlo. Esas espantosas ojeras resaltaban en mi cara.
Rebusqué entre el desastre que tenía por habitación en busca de ropa. Un pantalón sucio y una camiseta arrugada. Me dio igual, ¿a alguien le importaba yo siquiera? Con un cansancio inexplicable me volví a mirar al espejo, me dieron ganas de llorar. El chico que me miraba no era yo, no podía ser yo.
Como siempre, fui interrumpido por el sonido de la puerta. Un poco irritado invité a pasar a quién fuera. La cabeza de mi padre se asomó por el marco de la puerta.
—Stan hijo, te llevo hoy también a— no terminó la frase, se limitó a mirarme de arriba a abajo —¿Estás bien? ¿Quieres que tu madre te planche la ropa?—
—Estoy bien, papá. Si quieres llevarme en coche otra vez, hazlo.—
Me sonrió no muy convencido antes de salir de mi cuarto, cerrando la puerta. Escuché sus pasos bajando la escalera hasta que cerró la puerta del garaje, volvería a esperarme con el coche encendido.
Mi reflejo seguía ahí, viéndose más miserable que nunca. "Estoy bien, papá" No, estaba de todo menos bien, pero uno se acostumbra a decir que está bien incluso cuando su único deseo es morir.
Con una expresión sarcástica salí de mi cuarto. En la puerta estaba mi padre esperándome en el vehículo. El trayecto fue silencioso, el único sonido eran las canciones de la radio y el motor.
Cuando ya podía ver la puerta del instituto, mi padre frenó. Con una sonrisa se despidió de mí, eso me tranquilizó un poco. Nada más puse un pie fuera del coche, alguien me llamó por detrás.
—¡Stan espera!— escuché pasos rápidos, era Kyle —Buenos días tío, ¿qué tal ayer?—
Le sonreí y, cuando iba a responderle, reparé en qué mi padre estaba al lado, observando desde el coche. No sólo yo me di cuenta, también mi ahora amigo. El pelirrojo se agachó a ver quién estaba dentro del coche, y levantando la mano, le saludó.
Otro punto a favor, era educado.
Mi padre se fue de allí con una sonrisa de oreja a oreja. Reanudando el camino, contesté su pregunta, pero no de manera honesta.
—Bien, no suelo hacer mucho por las tardes. ¿Y tú?—
—Me aburrí como una ostra. Suelo salir a jugar con Tolkien por las tardes, pero como estamos enfadados, no hice nada.— dijo apenado
Abrí mi boca para añadir algo más pero, por tercera vez en esa mañana, alguien interrumpió mis acciones. Otra voz me reclamó a mis espaldas.
—Stan, ¿tienes un momento?— una larga cabellera negra se movía con el aire mañanero
Wendy. No hablaba con ella desde hace semanas. También la había estado ignorando, no me apetecía interactuar. Ella pareció entenderlo, hasta que me vio hablar con alguien más en mucho tiempo.
Dirigí la mirada al chico pecoso a mi lado, buscando su aprobación.—Búscame en el recreo.— me dio una palmadita en el brazo antes de dejarme a solas con la muchacha
La miré de forma nerviosa, no estaba preparado para la conversación que fuéramos a tener. Fuera cual fuera. Me guió a un sitio más apartado para que los estudiantes que fueran llegando no escuchasen la conversación.
—Por lo que veo estás mejor. Al menos te has animado a hablar con alguien, estás menos aislado.—
—¿Cómo sabes que estoy mal?—
—Esas cosas se notan, Stan. No hace falta que lo digas, primero dejas de hablar con todos y luego empiezas a llegar a clase con un aspecto horrible y grandes ojeras.— ascendí mis dedos a mi cara, debajo de los ojos
—No estoy mejor, Wendy.— ella suspiró
—Bueno, viendo lo que has estado haciendo, tampoco me sorprende.— me quedé callado, expectante —Ayer te vi fumando, Stan. ¿Sabes lo peligrosas que son las adicciones? Y más si estás pasando por una mala racha en tu vida.—
Cerré mis ojos, intentando no mandar a la mierda a la fémina que tenía delante. No quería soportar otra charla más, sabía perfectamente lo que estaba haciendo, sabía que era dañino.
—Joder Wendy, lo sé. Ahórrate la charla que me vas a dar.—
—Estoy preocupada, ¿sabes? También me duele que a mi me dejes de hablar y luego me encuentro con que estás con alguien y encima fumas con él.—
—No eres mi puta madre, ¿sabes?— le devolví —Solo quiero hacer lo que me dé la gana, ser libre el tiempo que me queda. No necesito que vengas a decirme que fumar está mal, lo sé.—
A cada palabra que decía, veía como su ceño se fruncía más y más. No me importó, la relación estaba perdida hace tiempo.
—¿Y nuestra relación? He estado esperando por ti.— cambió de tema para intentar tranquilizarse, a mí me puso más nervioso
—No estoy para mantener una relación. Ni de amigos ni amorosa. Lo siento.—
Sin esperar respuesta ninguna, me di la vuelta, empezando a caminar hacia la entrada del lugar. Ella se quedó con las palabras en la boca.
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S M O K E ☆ style ¡
Fanfiction───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── it's just a cigarrette and it harms your pretty lungs ───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── La vida de Stan Marsh era una miseria. Su vida, y él mismo. Todo a su alrededor se evaporaba como el humo. Sólo necesitaba una vía de escape, algo que lo alej...