S M O K E ☆ style ¡

O22

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Acabó resultando que me mudé a una granja. A una puta granja de marihuana. Mi padre deseaba escapar de la vida, vivir en un sitio rural y "libre". ¿Se había planteado que a lo mejor los demás no queríamos? Absolutamente no.

En la semana que había estado allí mi estado de ánimo había caído en picado. Había recaído como nunca. Tuve que volver a tomar mis pastillas y, por desgracia, entré en otra adicción. En tan solo una semana. Tenía demasiado tiempo libre y ningún amigo.

Me mantuve en contacto con Kyle. Nos mandábamos mensajes todos los días, normalmente hablando de cómo habían ido estos. No le fui completamente honesto, le dije que estaba bien. Si supiera que me pudría sin poder salir de la cama.

En ese momento, estaba ordenando mi cuarto, en el fondo esperando que aquello ordenara también mis ideas. Obviamente, no lo hizo.
Entre mi ropa, encontré mi botella de alcohol escondida. Le pegué un par de tragos, no pude seguir ya que escuché el timbre sonar. Esperé unos segundos pero nadie pareció responder. Resoplando y escondiendo de nuevo la botella, bajé las escaleras y abrí la puerta. Era un repartidor.

—¿Stan Marsh?— preguntó con un paquete entre manos

—Sí, soy yo.— respondí cogiendo la caja cuando me la extendió

—Firme aquí.— hice lo mencionado —Adiós.—

—Tenga un buen día.— extrañado cerré la puerta mientras miraba el paquete como si fuese una bomba

Finalmente fui a la cocina a buscar unas tijeras para abrirlo. Al rajar la cinta y ver un gorro me extrañé aún más. ¿Quién me había mandado un gorro en pleno verano? Lo agarré, sacándolo de la caja. Era un suave gorro azul y rojo, de tonos oscuros. En el fondo del paquete había una especie de carta. Me dispuse a leerla.

"Hola Stan! Soy Kyle, tu querido mejor amigo :]
Necesitaba darte algo físico para que te acordases de mí, pero no me dio tiempo a dártelo antes de que te fueras de South Park.
No sé si te lo había dicho antes pero me gusta hacer ganchillo y tenía ganas de hacerte un gorro. Sé que es verano y que seguramente no te lo pongas, se me ocurrió esto y lo hice. Son tus colores favoritos... Espero que te guste!"

Con una sonrisa tonta en la cara, volví a mirar el objeto que había dejado posado en la mesa. Como un idiota lo abracé, notando el ligero aroma del perfume de mi amigo. Era el detalle más bonito que me habían hecho en la vida. ¿Que no me lo pondría porque era verano? Tonterías. Me puse el gorro en la cabeza, notando que encajaba a la perfección. Subí corriendo las escaleras para mirarme en el espejo de mi cuarto.

Era precioso. Lo acaricié por encima de mi cabeza. Imaginé a Kyle tejiendo el gorro con paciencia, mi estómago se revolvió. Mariposas en el estómago.

Antes de volver a mi tarea de ordenar, le mandé un mensaje agradeciendo junto con una foto mía con su regalo puesto.
Abrí los cajones de mi cómoda, tomando de la botella de nuevo, esta vez sin interrupciones.

¿Qué pensaría mi amigo pelirrojo si supiera que me estoy volviendo adicto al alcohol? Me dieron ganas de llorar porque sabía que él no se daría cuenta, no estaría ahí a mi lado reprochándome con su chillona voz enfadada.

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