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Kyle Broflovski. Ese chico de pelo rizado y cara pecosa. Ese judío dulce y a la vez agresivo. Ese muchacho que llevaba siendo mi novio casi un año y al que quería más que a mi vida entera.
El curso escolar ya había transcurrido, y mejor de lo que pudiese haber imaginado nunca. Cuando volví a South Park a estudiar, todos parecían alegres de verme. ¿Por qué estar alegre de ver a alguien como yo? Pues aprendí en este tiempo que tengo valor, que no soy un inútil, y que el único hecho de ser yo mismo hace que gente quiera estar conmigo.
En cuestión de días de empezar las clases todos se enteraron de mi relación con Kyle. Al contrario de lo que esperaba, todos estaban felices. Incluso Wendy, incluso Cartman.
Tuve que hablar con la pelinegra, dejar las cosas claras. Me disculpé por haberla dejado esperando una relación que nunca llegaría. Ella, comprensiva como era siempre, me dijo que no importaba y que desde el principio me vio en la cara el cariño romántico que le guardaba a Kyle. Estaba esperando a que se lo dijera. Que raro cuando alguien te conoce más que tú mismo, ¿no?
Por el otro lado, Cartman al principio se burló, agotando la paciencia de mi novio rápidamente que le pegó otra buena paliza. Por alguna extraña razón que no logro comprender, eso estrechó sus lazos, y terminamos siendo los tres amigos. O más bien, los cuatro.
Kenny, un chico rubio de clase baja, llegó nuevo ese curso. Desde el primer día se veía extrovertido, pero solo con nosotros, así que le incluimos en la amistad. ¡Y ahora somos un unido grupo de cuatro amigos! Y dos novios, claro.
Después de este maravilloso año, me arrepiento de todas las veces que intenté suicidarme. Si hubiese funcionado, no hubiese vivido todas las cosas lindas que pasaron. Mi salud mental mejoró, también mi rendimiento académico, y por supuesto mi vida social.
Y me di cuenta que tras la tormenta sale el sol. Que por muy mala o difícil que se ponga la vida, no hay que rendirse. Que después de lo malo llega lo bueno.
Lo mejor de mi vida fue no acabar con ella, o al menos que no funcionase.Pensando en todo lo que había sucedido en el curso, volví a la realidad. Una caricia en la mejilla me despegó de mis pensamientos.
—¿Qué piensas, cielo?—
Oh, sí. Estaba viendo el atardecer con mi chico. Era verano y estábamos de vacaciones, así que se quedó unos días en mi casa, o más bien granja. Sentados entre el césped de la mano, observábamos como el sol desaparecía del cielo.
—En todo lo bonito que me ha pasado este año.— dejé de mirar al frente para mirarle a él —Lo principal, tú. Lo más bonito que me ha pasado este año, y en toda mi vida.—
Sus ojos esmeralda desaparecieron cuando una sonrisa enamorada se postró en su lindo rostro. Un suspirito salió de sus labios.
—¿Ves esos girasoles de ahí?— volví a hablar, señalando lo mencionado, ubicado a mi derecha
—Sí. De hecho te iba a preguntar que hacían ahí, porque lo único que planta tu padre es marihuana.— una risita sonó
—Las planté yo.— vi su expresión ligeramente sorprendida —Recuerdo que me dijiste que era tu flor favorita, así que la planté en secreto para ti.—
Sus ojos se abrieron, luciendo brillantes de la emoción. Sabía que le iba a gustar el detalle. A mí chico le encantan los pequeños detalles, porque hacen grandes diferencias en una relación.
—Cielo...—
Sus manitas se posaron en su boca y sus cejas se alzaron, parecía a punto de llorar. Yo sonreí ampliamente y alcancé una de las flores con la mano, seguidamente la corté con cuidado. Mirando con cariño a Kyle, acomodé la linda flor entre su esponjoso cabello.
—Estás muy lindo.— acerqué más mi cuerpo al ajeno, acaricié su pelo suavemente —Esa es para ti, acuérdate de ponerla en agua luego para que te la lleves.—
Su dientecito chueco sobresalió cuando sus labios se convirtieron en una sonrisa. En la sonrisa más bonita que había visto nunca.
—¿Sabes lo que me quiero llevar? A ti. Te guardaría en mi bolsillo y te llevaría a todos lados si fuese posible.— sus manos acunaron mi cara —Pero me llevaré tu recuerdo, tu cara proyectada en mi cabeza. Por el resto de la eternidad, en esta y en las demás vidas que tenga.—
—¿Crees que hemos estado juntos en otras vidas?—
Un pequeño rubor apareció en su carita, y por consecuencia, en la mía también. El sol hacía ver su rostro brillante, como si destellase oro. El color de sus ojos me hipnotizó por unos instantes.
—¡Claro! En esta y en todas las demás. Espero encontrarte en mi siguiente vida.—
Sus suaves dedos acariciaron mi cara, que estaba acunando en ese momento. Lentamente se acercó más a mis labios, hasta tocarlos contra los míos de forma delicada. Yo subí mis manos hacia su cuello, cerrando los ojos y entregándome a ese beso. Delicado, suave y dulce. Así es como lo sentía yo.
No sabía si le había conocido en mis vidas pasadas, pero estaba seguro que recordaría sus esponjosos labios hasta el fin de los tiempos.
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Fin.
¡Muchas gracias a todos los que habéis llegado hasta aquí! Sé que no soy experto en escribir, pero es bonito cuando incluso sin saber mucho, alguien disfruta lo que haces.
Gracias y hasta pronto<3
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S M O K E ☆ style ¡
Fanfiction───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── it's just a cigarrette and it harms your pretty lungs ───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── La vida de Stan Marsh era una miseria. Su vida, y él mismo. Todo a su alrededor se evaporaba como el humo. Sólo necesitaba una vía de escape, algo que lo alej...