S M O K E ☆ style ¡

O15

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Por tercera mañana, me bajé del coche de mi padre frente al instituto. Con el móvil en mano, releía el mensaje que Cartman me había mandado el día anterior, preguntándome internamente si debía contárselo a Kyle o no.

Como si le estuviese manifestando, aprovechando que estaba distraído, me asustó por la espalda. Seguidamente volvió a despedirse de mi padre, que se encontraba dentro del coche.

—Hey, Stan.— me saludó, sonriendo mientras pasaba su brazo por mis hombros —¿Sucede algo?— mi semblante reflejaba lo nervioso que estaba

¿Lo diría? Según Eric, también estaba dispuesto a pegar a mi amigo. Miré al pelirrojo, preocupado por mí.

Kyle estaba preocupado por alguien como yo.

Me acordé de la pelea que habían tenido, el chico a mi lado no era un debilucho. Justo en ese momento, pude ver a Cartman entrar al instituto por el rabillo del ojo. Tenía la capucha puesta, y evitó a toda costa mirar a nuestra dirección. Cartman era el cobarde.

—Es que Cartman ayer me amenazó.— ante la expresión del muchacho, le enseñé los mensajes en mi móvil

Me fijé que, a cada palabra que leía, más se enfurecía. A tal punto que su cara se quedó roja del enojo. Levantó su cabeza del aparato, paseando su verdosa mirada al chico gordo.

Con el ceño fruncido y paso decidido, comenzó a avanzar rápidamente hacia la entrada del centro.

—Ese hijo de puta.— sus puños se cerraron

–¡Kyle espera!— agarré su chaqueta, intentando detenerle —Es un asunto entre nosotros.—

—En el mensaje también salgo yo. Estás loco si piensas que voy a dejar las cosas así.— se soltó de mi agarre, siguiendo su trayecto

Cuando su mano tocó el pomo de la puerta principal, supe que no había vuelta atrás. Yo corría a sus espaldas, tratando que mis palabras pararan lo que iba a hacer. Kyle estaba decidido.

—¡Cartman!— gritó el chico nada más abrió las puertas y le vio, caminando por el pasillo principal

El nombrado se dio la vuelta lentamente, sabiendo quién era el portador de esa voz que le había gritado. Cuando vio al pelirrojo furioso y a mí detrás intentando agarrarle, supo lo que pasaba.

Tenía cara de que se había cagado encima.

—Tan valiente por mensaje y mírate ahora.— el de parca siguió acercándose al castaño, levantando progresivamente el puño —¿Qué me vas a arrancar el dedo con los dientes? ¡Te arrancaré la cara de una ostia!—

Dicho esto, le soltó un puñetazo en la cara. La cabeza del bajo se giró por la potencia, cuando tardó en levantar el rostro, supe que mi ex amigo se estaba enfadando también.

Prontamente la gente se empezó a acumular en los costados, haciendo un círculo alrededor de ellos. Yo me quedé ahí, inmóvil. No sabía si meterme en la pelea, llamar a alguien o quedarme  hasta que acabase.

Al momento en el que fui a moverme vi a Cartman levantar la cabeza, me quedé en el sitio de nuevo, atento. Sonrió con sarcasmo y, su mano cerrada se alzó en el aire. Justo cuando iba a impactar en la cara del pelirrojo, este le detuvo, y le soltó otro fuerte puñetazo en el otro cachete.

Esa acción desencadenó un montón de golpes aleatorios. Eran tan rápidos que no lograba ver con claridad lo que pasaba. Mi tensión estaba por los cielos, por eso cuando alguien posó su mano en mi hombro, casi me desmayo del susto.

—Están teniendo otra pelea, ¿eh?— unas mechas rojas se hicieron notar a mi lado

—Pete, la próxima vez que me asustes, te juro que te pego.— fruncí mi ceño

—Lo siento tío, no es mi intención.— dirigió sus cansados ojos a los chicos peleándose —¿Por qué pelean esta vez? Últimamente no hacen más que meterse en problemas.—

—Bueno... Ayer Eric me amenazó y— expliqué y, cuando iba a terminar, una voz se alzó más que las demás

—¡Hey Stan!— era el culo gordo —¿Qué pasa? ¿Necesitas que tu noviecito te defienda?— justo al terminar, Kyle estampó su puño contra su boca

Eso no sirvió para callarle, pues lo dicho, dicho estaba ya. El barullo de gente se giró a verme, me quedé paralizado. Noté la mirada graciosa del gótico a mi lado.

—Joder Pete, deja de mirarme.— más enfadado exigí

El aludido quitó su mano de mi hombro, y subió las dos en signo de derrota. Sin decir más se alejó con una sonrisa en el rostro. Me quedé ahí, solo y con todo el instituto mirándome.

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