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"En la noche encontrarás la luna extrañamente vacía porque, cuando reclames mi nombre no habrá respuesta"
Esa canción sonaba en mis auriculares a todo volumen. Hace tiempo que Kyle me la había recomendado y me había obsesionado un poco. Pero hasta ahora, no le había prestado tanta atención a la letra.
Tumbado en mi cama a las dos de la mañana, iluminado únicamente por la débil luz de la luna, reparé en qué era mi situación.
Había mejorado gracias a ese chico, y ahora que no le tenía, todo se sentía vacío. Yo mismo, y todo a mi alrededor. Podía llamar su nombre, pero no estaría físicamente conmigo, a mi lado. No podía agarrar su mano, acariciar su esponjoso cabello.
Con lágrimas en los ojos como ya era habitual, me senté en el colchón, mirando a la luna como decía la canción. Efectivamente, la blanca luna no tenía sentido sin él a mi lado.
Por un momento le imaginé en su casa, en la misma posición en la que estaba yo. Sin poder dormir porque los pensamientos lo mantenían despierto, y mirando a la luna, la misma luna que miraba yo en esos momentos.
Harto de sentirme de esa forma, me dispuse a ir al baño a lavarme la cara y luego, irme a dormir por fin. Cuando me quise poner de pie, me tambaleé un poco. Había bebido de más esa tarde.
Sin darle importancia seguí con mi trayecto, encendiendo la luz del cuarto de baño.Me mojé la cara con agua fría, y cuando pasé una toalla para secarla, me miré al espejo. Quise pegarle un puñetazo al que se reflejaba en este. Volvía a no sentirme yo, insatisfecho conmigo mismo. Había cambiado tanto, y todo para mal. Ese no era yo, joder. Y así, mis ganas de llorar volvieron.
—Necesito un cambio.— pasé mi mano por mi oscuro pelo y una idea pasó por mi cabeza
Alcancé un pequeño armario, me alcé de puntillas por la altura. Allí estaba, intacto. Decolorante y tinte rubio. Lo tenía ya que Shelly hace unas semanas ayudó a una amiga a teñirse el pelo. Ahora había caído en mis manos, y ya tenía las ideas claras.
Abrí los botes y preparé una brocha que encontré con estos. Agarrando los utensilios con las manos temblorosas, miré a mi antiguo yo por última vez. Suspiré largamente, y lo hice. Ya había pegado un brochazo de tinte a un mechón de pelo. Ya no había vuelta atrás.
Entre el llanto y la risa terminé de aplicarme el tinte, mirando todo el pegote en mi cabeza. Esperé el tiempo indicado en el bote y, lo más silencioso que pude, encendí la ducha y me aclaré.
Con un miedo creciente en el cuerpo avancé hasta el espejo. Cerré fuertemente los ojos, arrepintiéndome sin siquiera ver los resultados. Eso fue el resultado de una gran impulsividad y sutil ebriedad.
Por fin, abrí mis ojos, observando con detalle mi reflejo. Ese no era yo, pero estaba extrañamente aliviado. El rubio me quedaba bastante bien. Sonreí y brinqué silenciosamente. ¡Joder, me encantaba!
A quiénes no les encantaría sería a mis padres al día siguiente, me echarían la charla de la impulsividad y esas mierdas. ¿Qué más daba si fue por impulso? Me quedaba bien.
Esperaba que Kyle pudiese ver pronto mi cambio en persona.
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S M O K E ☆ style ¡
Fanfiction───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── it's just a cigarrette and it harms your pretty lungs ───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── La vida de Stan Marsh era una miseria. Su vida, y él mismo. Todo a su alrededor se evaporaba como el humo. Sólo necesitaba una vía de escape, algo que lo alej...