Mientras se acercaba a nuestra mesa estaba muy nerviosa por lo que fuera a decir, más que nada porque Sira y Aurora no sabían quién era y me daba vergüenza por lo que pudiesen oír de aquel chico.
- ¿Por qué no me has dicho que ibas a comer aquí, princesa?- me preguntó con ese ego hasta el cielo que tenía siempre-.
- Te voy a decir un par de cosas para que te quede claro- Empecé a decir mientras sentía como la rabia iba subiendo por mi cuerpo dándome una confianza increíble, porque así era yo, tenía mucha paciencia, pero cuando me cabreaba todo eso se iba y aparecía la chica impulsiva que llevaba dentro- La primera: no me vuelvas a llamar princesa ni ningún apodo cariñoso porque no se si voy a poder controlarme para no lanzarte una silla en la cabeza ahora mismo. Y segundo: nunca bajo ninguna circunstancia voy a avisarte ni ha decirte donde estoy porque no soy nada tuyo, ¿me has entendido, cenutrio?- En esos momentos momentos tenía unas ganas muy fuertes de tirarle una silla a la cabeza de verdad, pero me contuve, no sé por qué, pero logré contenerme.
Igualmente no le dio tiempo a responderme porque de repente llegó Gavi con una cara de asco impresionante. Se acercó a nosotras y se quedó mirando fijamente a Alex manteniendo esa misma cara. Parece que me escuchó decirle a Alex todo eso porque primero y único lo que le dijo a Alex fue:
- Lárgate de aquí si no quieres morir - Al parecer Alex se cagó y se quedó un rato mirándolo con cara de no entender lo que estaba pasando-.
Y después de estar unos minutos paralizado decidió contestar.
- ¿Y tú quién coño eres para hablarme así?- Preguntó más desconcertado que nunca-.
- Su novio, ¿algún problema? - le dijo Gavi con el rostro serio y enfadado-.
La mirada de Alex pasó a mí y me miro como si hubiera cometido un delito y mereciera un castigo. Yo estaba entre sorprendida; por lo que le había dicho Gavi, y cabreada; simplemente por la existencia de Alex.
- Ya hablaremos tú y yo, vete preparando para cuando llegue el momento - Y después de soltar esa amenaza, se fue por la puerta de la confitería hasta quién sabe dónde-.
Después de que Alex se fuera, Sira y Aurora no paraban de intercambiar la mirada entre Gavi y yo, esperando a que alguno de los dos dijera algo, pero como ninguno decía nada, Sira se levantó y se fue a pagar la comida mientras yo pensaba en cómo reaccionar a lo que había dicho Gavi. Como nadie decía nada aurora se animó a hablar:
- India, ¿quieres que te dejemos ya en tu casa y así descansas un poco?, que decías que estabas muerta antes de venir aquí-.
La verdad es que estaba agotada y sí quería irme a mi casa, por esa razón y porque no me apetecía darle explicaciones a nadie sobre quién era Alex y por qué se portaba así de estúpido.
En el coche nadie dijo nada, o sea que fue un viaje silencioso, lo único que se escuchaba era una de las canciones de Quevedo y los ruidos de los otros coches al pasar a nuestro lado. Cuando llegamos a mi casa me despedí de ellas con voz de cansada y mientras caminada hasta la entrada de mi casa vi el coche alejarse, cuando entré fui directa a mi habitación y me tiré en la cama sin hacer nada, solamente mirando el techo y pensando en lo que ha pasado hoy, yo sabía que me iba a pasar algo, pero no esto, y al final de tanto pensar me quedé durmiendo casi toda la tarde, solo me levanté para cenar y aprovechando que estaba sola en casa porque mi padre estaba cenando con unos amigos, cené un sándwich mixto y de postre un helado de vainilla.
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ALMAS GEMELAS || Pedri González
RomanceIndia, una chica cuyo padre es un amante del fútbol de todo corazón, la obliga a ir a un partido Madrid - barca en el que conoce a su futura alma gemela sin saberlo, pero ¿Qué pasaría si se confunde y comete un error con el mejor amigo de su supuest...