Capítulo 17

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En este preciso instante estaba sentada en las gradas esperando a que empezara el partido. No debería de haber empezado el partido. Estaba yendo de puta pena. Lo único bueno es que todavía estábamos en la primera parte y podíamos remontar.

En el descanso no me pude resistir y bajé al túnel por el que se llegaba a los vestuarios para darles un poco de ánimo a todos, que lo necesitaban sin duda alguna. Tuve que pelearme un poco con el de seguridad, bueno, me cabreé tanto con él que me puse a gritarle ahí en medio del túnel. Al final pude entrar porque Xavi me escuchó discutir con el segurata y le dijo que yo sí podía pasar.

-Chicos, venga que vosotros podéis, habéis estado entrenando mucho estas semanas y no puedo dejar que perdáis. -les dije a los chicos una vez dentro del vestuario.

-Ya, pero es que el puto Mbappé no para de jodernos el partido. Si nos ha metido él solo dos goles en menos de 45 minutos. -se intentó justificar Ansu justo antes de tomar un trago de agua.

-Pues no dejéis que lo haga, demostradles a todos los parisinos todo lo que os habéis esforzado durante tanto tiempo. Demostradles la verdadera familia que es el Barça, porque esto es una una familia, además un club. Así que salid allí fuera y enseñarles a todo el estadio por lo que estáis dispuestos a pelear y lo fuerte que es el Barça, el club de vuestros sueños, porque ningún Mbappé ni ningún jugador va a poder con esta familia. Nuestra familia. -le respondí a Ansu, pero les estaba mirando a todos para que se enteraran de que no se podían rendir.

Ninguno me pudo responder nada porque un árbitro entró al vestuario para informarnos de que tenían que salir ya a jugar. Cuando se fue el árbitro todos se levantaron, me miraron y salieron por la puerta para dirigirse hacia el campo y volver a jugar, y espero que con más ganas que en la primera parte.

Cuando empezó la segunda parte la posesión la empezó a tener el Barça, aunque el PSG no se quedaba muy atrás. En el minuto 57, Gavi, que estaba subiendo por el campo, le pasó el balón a Lewandowski y este marcó un golazo. En ese momento estaba eufórica, al parecer mi comentario les había servido de mucho. A continuación, en el 69' marcó Raphinha poniendo en empate el marcador. Los franceses estaban muy desconcertados, se ve que se confiaron demasiado y entre eso y el empeño que les está poniendo nuestro equipo, se han llevado ya un par de sorpresas. Y para finalizar, en el tiempo tercer minuto del tiempo extra, en un momento en el que Ferran estaba cerca de la portería, se la pasó a Pedri y marcó otro golazo, además también fue el gol que les dio la victoria en el partido. En el momento que marcó el gol y lo celebró con sus compañeros, se acercó a la parte del palco donde estaba yo, y me señaló haciendo con sus dedos un corazón. A mí me temblaron las piernas en ese mismo instante. No me podía creer, ¡Me ha dedicado un gol!, y no un gol cualquiera, sino un gol que les ha dado la victoria en el partido y encima después de mi charla con ellos.

Un rato después de que la gente empezará a irse del estadio, yo hice lo mismo pero dirigiéndome a los vestuarios para felicitarles.

Cuando llegué me quedé unos minutos esperando a que salieran hasta que apareció Xavi para entrar y felicitarlos, supongo.

-¿Qué haces que no entras al vestuario? ¿Te da vergüenza? -me preguntó curioso pero con una sonrisa de oreja a oreja por la victoria del equipo.

-No me da vergüenza, estoy esperando a que salgan para felicitarles por la victoria -le contesté feliz y sonrojándome un poco recordando el gol que me había dedicado hace tan solo unos minutos.

-Una victoria que ha sido gracias a ti, por lo que les has dicho en el descanso. Y debo decirte que me dejaste impactado hasta a mí. Gracias a esto ya sé a quién tengo que llamar para animarlos cuando lo necesiten, porque no conmigo les pasa eso. -me dijo agradeciéndome por mis palabras en el vestuario. - Anda pasa, que estos lo estarán celebrando con música y bailando hasta estar muertos de cansancio. -me siguió diciendo mientras ponía una mano en mi espalda e iba a abrir la puerta para que me atreviese a pasar.

Y sí, tenía razón. Estaba esperando yo ahí fuera como una boba mientras estos estaban dejándose el alma en la fiesta que habían montado en el vestuario.

Me puse a celebrar con ellos, y después de que uno a uno me fuera dando las gracias por haberles dado fuerzas para remontar el partido, Xavi nos invitó a ir a cenar a la Torre Eiffel, a lo que obviamente todos dijimos que sí y pusimos rumbo al monumento más bonito de Francia.

ALMAS GEMELAS || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora