Capítulo 13

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Cuando me desperté, lo primero que hice (como siempre) fue mirar la hora, pero en vez de el móvil vi una nota encima de una revista del hotel, me entró mucha curiosidad, así que la abrí y me encontré una nota de Gavi diciéndome que los dos estaban en la habitación 192 y que si quería podía ir para allá o hacer cualquiera de las quinientas actividades que habían en el hotel.

Me puse a ver la revista y habían, como ya suponía, un montón de actividades: un campo de futbol y otro de baloncesto, también había una sala donde podías jugar al ping pong y al billar entre muchas otros juegos, un salón recreativo... y un montón de cosas más.

Después de revisar toda la revista para ver que podía hacer, porque no iba a ir a la habitación para estar aburrida, al final me decanté por ir a la piscina, total, eran las once y la comida era a las dos de la tarde, todavía quedaban tres horas, tiempo de sobra. Así que abrí la maleta y me puse a buscar un bikini que me quedara bastante bien por si había alguien, y me decanté por uno rojo, era simple, pero me quedaba de maravilla y para estar un rato en la piscina me servía.

Una vez cogido una toalla, el móvil y una botella de agua fresca, me bajé a la planta baja que era donde estaba la piscina, las salas de juegos y todo eso estaban en la planta más alta para no molestar a los huéspedes del hotel

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Una vez cogido una toalla, el móvil y una botella de agua fresca, me bajé a la planta baja que era donde estaba la piscina, las salas de juegos y todo eso estaban en la planta más alta para no molestar a los huéspedes del hotel. Cuando cogí el ascensor y entré en la sala de natación me quedé impactada, era ENORME, hay cabían por lo menos doscientas personas. En cuanto dejé las cosas en una de las hamacas que había en frente de la piscina me metí en el agua sin dudarlo, no estaba muy fría, pero tampoco estaba caliente, estaba fresca, la temperatura perfecta.

Llevaba ya por lo menos veinte largos de allá para acá, pero como no me sentía muy cansada todavía y no tenía nada que hacer, me puse a bucear. El agua estaba tan limpia que podías ver hasta el estampado de cuadrados que tenía la piscina desde la superficie. Llevaba ya un buen rato haciéndome largos bajo el agua, pero cuando llegué a un extremo de la piscina y me puse a darme la vuelta me encontré con alguien en frente de mí, alguien que me miraba con los ojos llenos de alegría cuando me subí a la superficie por falta de aire.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté a Gavi sonriendo pero sin entender nada.

-Nada, es que me apetecía darme un baño y me he encontrado contigo con muuucha casualidad -me respondió con sarcasmo.

No me dio tiempo a responder porque después de eso Gavi me cogió de las costillas y me tiró para atrás cayendo de plancha en el agua. Después de eso, empezamos a hacer el tonto y de un momento a otro acabé acorralada con Gavi cogiéndome de la parte baja de los muslos y apoyada en la pared de la piscina, poco a poco Gavi acercando su cara a la mía mirando mis labios con las pupilas dilatadas un poco dilatadas y yo iba alternando mi mirada de sus ojos a su boca, poco a poco iba acercando más hasta el punto de estar rozándose nuestras narices. Y, de repente, giré la vista y vi a balde observando nuestra cercanía, y como giré la cabeza, Gavi lo hizo casi al mismo tiempo y cuando se dio cuenta se separó al instante de mí. Los dos se miraban fijamente, como si estuvieran discutiendo con la mirada y yo mientras los observaba. Después de ese par de minutos de miradas, Balde nos echó una última de decepción, para dos, pero sobre todo para Gavi, y a continuación de eso de fue por el ascensor.    

ALMAS GEMELAS || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora