Capítulo 6

119 4 0
                                    

Cuando vi a Pedri me quedé inmovilizada, impresionada por lo bien que le quedaba esa ropa  con el escudo de su propia marca de ropa con la colaboración de Springfield , con esos ojos marrones y ese pelo oscuro que se había peinado antes de venir a recogerme. Estaba guapísimo. No, era guapísimo.

-Hola, ¿estás lista? -  me preguntó con los ojos radiantes de alegría.

Creo que tardé un poco de más en responder, pero es que no podía evitar dejar de mirarlo, todo él me impresionaba.

-Sí, nos podemos ir - le respondí observando cada parte de su cara, fijándome en cada detalle de esta.

Después de estar unos segundos, tal vez minutos, nos dirigimos hacia su coche y cuando nos subimos, me acordé de todo lo que me reí con él aquella noche en este coche. Estuvimos hablando todo el camino sobre tonterías y trivialidades y cuando llegamos, entramos en la Ciutat Esportiva. Allí me encontré con Xavi, que me saludo muy alegremente mientras los futbolistas se cambiaban de ropa en el vestuario. Mientras salían de allí para dirigirse al campo algunos me saludaban con la mano y se ponían a calentar, y otros se acercaban a mí y me daban un abrazo para recibirme. Gavi, fue uno de los que me saludaron con la mano y la verdad no me sorprendió mucho, y aunque no se acercó note que le apetecía mucho pero le daba vergüenza, seguramente por lo que pasó en la confitería.

Durante el entrenamiento yo estuve sentada en las gradas hablando con Xavi sobre mi padres y los jugadores, aunque cada vez que se iba para hablar con alguien aprovechaba para echarles fotos a todos entrenando, sobre todo a Pedri, y tampoco pude evitar echarle unas cuantas a Gavi porque siempre estaban juntos y era muy difícil no fijarse en él.

 Cuando acabó el entreno (por fin), todos se metieron al vestuario y el primero en salir fue Gavi, que vino directamente hacia mí para hablar conmigo.

- Hola, oye, quería pedirte perdón por lo que dije el otro día en la confitería, no quería que te sintieras incomoda, solo lo hice porque escuche todo lo que le dijiste a ese idiota y no pude evitar meterme en la conversación para que te dejara en paz y se fuera. -hay hizo una pausa pensando en lo siguiente que quería decir- Y tampoco quiero que por esta tontería me dejes de hablar porque me apetece seguir hablando contigo y que seamos buenos amigos.  Y bueno, solamente era eso, perdón. ¿Me perdonas, porfa? -eso último lo dijo mirándome con cara de niño bueno para darme pena y que lo perdonara.

No voy a ocultar que eso me encantó y por ello solté una pequeña carcajada.

- Tranquilo, no pasa nada, entiendo que lo hiciste para que él me dejara en paz y, solamente por la cara que me has puesto al pedir perdón, te perdono - dije sincera y tranquila por haber aclarado ese malentendido.

Cada vez que hablo con él siempre me siento cómoda y me hace ser yo misma, y y eso me encanta y me transmite mucha confianza. Y eso me encanta.

ALMAS GEMELAS || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora