Abrí el mensaje y me di cuenta de que era una foto. La abrí. NO LO PODÍA CREER.
En la foto salía Pedri sentado en uno de los bancos de la discoteca, con una bebida alcohólica en una mano y en la otra sosteniendo el culo de una tía rubia, que estaba sentada a horcajadas sobre él agarrándole del cuello para intensificar el beso.
LO IBA A MATAR.
Por lo que parece, me quedé un buen rato mirando la foto fijamente y con la boca abierta porque Sira me arrebató el móvil de las manos y se puso a observar el mensaje ella, a lo que Aurora hizo lo mismo.
Estaba paralizada. Me había quedado con la mano puesta con la forma del móvil y llorando en silencio sin pestañear.
Sira y Aurora me comentaban frases para levantarme el ánimo, pero como no las estaba escuchando me cogieron entre las dos y me llevaron al baño. Me ayudaron a lavarme la cara por todas las lagrimas que había expulsado y me acostaron en la cama.
-India no llores más. -me dijo Aurora acariciándome el pelo- Descansa y ya verás que mañana lo verás a ver todo de otra forma.
-Si necesitas algo nos despiertas, ¿vale? -añadió Sira mirándome con cara de pena y también con los ojos llenos de lágrimas.
"Seguro pensará que Ferran está haciendo lo mismo" -pensé.
Yo solo hice un sonido como contestación a su comentario, pero más bien me salió un sonido de dolor en las cuerdas vocales. Normal, se me atragantaba toda la saliva en ese sitio impidiéndome respirar del todo bien. Aparte de que tenía toda la nariz tamponada por los mocos.
Y así me quedé dormida por el dolor de ojos que tenía por haber llorado.
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Me desperté por los rayos del sol iluminando la habitación y dándome de lleno en los ojos.
Me encontraba fatal, parecía que acababa de correr un maratón. Tal vez será porque a media madrugada durmiendo tuve una pesadilla sobre Pedri y cuando me desperté me dio un pequeño ataque de ansiedad durante unos pocos minutos.
Gracias a Dios me ayudó Aurora a respirar mientras Sira me decía que me relajara y que no iba a pasar nada.
Mientras me terminaba de poner los zapatos de deporte, entró Sira por la puerta.
-Buenos días. ¿Cómo estás? -me preguntó acercándose a mí para verme la cara.
-Mejor -respondí con la voz quebrada por las pocas fuerzas que tenía. -Voy a salir a correr un rato -mentí. Solo quería irme a mi casa dando un paseo para despejarme un poco y que me diera el aire.
-¿Quieres que te acompañemos? -volvió a preguntar todavía preocupada por mí. Y con razón, seguramente parecía un cadáver, con unas ojeras hasta los pies y una cola mal hecha.
-No, no. Quiero ir sola -le contesté un poco apenada sabiendo que se estaban preocupando mucho por mí y yo no quería su ayuda ahora mismo.
-Lo entiendo, pero antes desayunas algo. -me ordenó como si fuera mi madre. Vio mi cara de asco y me puso una cara suplicante. -Aunque sea un batido de frutas del Mercadona.
-Vaale.
Después de un abrazo que me reconfortó mucho más de lo que me esperaba, bajamos al piso de abajo y desayuné el zumo de frutas que me había dicho Sira.
En el desayuno hablé un rato con Aurora para que no se preocupara por mí y me fui, no si antes darles las gracias a las dos y dándonos un abrazo las tres juntas.
Yendo de camino a mi casa tomé la decisión de que le iba a pedir explicaciones sobre lo que había hecho porque no lo entendía. Llevamos dos meses juntos, super felices y queriéndonos igual o más que el primer día. Él se llevaba muy bien con mi padre, y yo para sus padres y su hermano era otra más de la familia. Intentaba siempre cada vez que podía ir a los entrenos, a los partidos, a las galas, a todos los eventos posibles y siempre tratando bien a las cámaras para no dañar su imagen. He estado con él en las buenas y en todas las malas que a tenido desde entonces; lo he cuidado cuando estaba enfermo y cuando se ha lesionado también. Me he preocupado por él cada minuto todos los días desde que nos conocimos, igual que en ningún momento he dejado de quererlo y amarlo. Ni siquiera me he planteado dejarlo en ningún momento. ¿Y encima me pone los cuernos con una tía a la que no la va a volver a ver, y a su vez, decide él solito romper nuestra relación? Vale que no llevamos mucho tiempo, pero yo pensaba que esto iba a durar mucho más que dos meses.
Cuando entré en mi casa estaba todo en silencio. Ya vivía sola y me había independizado. No porque no quisiera vivir con mi padre, sino porque necesitaba un cambio de aires y no darle explicaciones a nadie de lo que hacía, menos a Pedri.
Pero la casa era totalmente mía, estaba a mi nombre y la pagaba yo gracias a mi carrera como fisioterapeuta, que ya la acababa de terminar y ahora solo me quedaba trabajar sobre eso. Pero sin prisa, todo a su tiempo.
Al rato de estar en el sofá dándole vueltas a la cabeza el móvil empezó a sonar. Pedri. Estaba un poco insegura, pero al final se lo cogí porque no quería seguir haciéndome películas en mi cabeza.
-¿Dónde estás? -me preguntó sin ni siquiera saludar y encima en un tono bastante grave, como si estuviera cabreado.
"Joder, me pone los cuernos y el que se enfada es él. Será imbécil."
-¿A tí qué te importa? -le contesté con el mismo tono de voz y empezando a perder la paciencia.
-Tenemos que hablar -dijo esta vez en un tono hosco y muy serio.
-Y tanto que tenemos que hablar.
-O me dices dónde estás o voy a tu casa y espero hasta que hablemos -me intentó amenazar con como si fuera un policía.
-No te voy a decir dónde estoy hasta que me dejes de hablar en ese tono de mierda con el que me estás hablando, porque la que tiene que estar enfadada debería ser yo, no tú. -le dije con unas ganas impresionantes de pegarle una ostia en su preciosa cara.
-¿Qué la que debería estar enfadada eres tú? ¿Pero de qué vas?
-¿De qué coño vas tú? O sea, por tu culpa nuestra relación cuelga de un hilo, ¿Y la culpa es mía? -le pregunté de forma incrédula.
-¿Pero qué dices? Si por la que estamos así eres tú -me contestó en con un montón de ira en sus palabras.
-¿Sabes qué? Vete a la mierda - le dije quitando el móvil de la oreja para colgar.
-¡YA ESTOY EN ELLA! -me respondió justo antes antes de colgar.
Este tío es tonto.
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ALMAS GEMELAS || Pedri González
RomanceIndia, una chica cuyo padre es un amante del fútbol de todo corazón, la obliga a ir a un partido Madrid - barca en el que conoce a su futura alma gemela sin saberlo, pero ¿Qué pasaría si se confunde y comete un error con el mejor amigo de su supuest...