Capítulo 58: Aburridos viejos viudos

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Gold Springs, 1897

Gold Springs había entrado en decadencia a principios de los noventa, casi al mismo tiempo que yo cuando ocurrió lo de Judith. Pero a diferencia de nuestro querido pueblo, yo había logrado levantarme... O al menos eso intentaba.

Muchos negocios cerraron y otros decayeron bastante como el Nuevo Golden Hotel que casi ni tenía huéspedes, por ese motivo Grace se había dedicado más al restaurante que le daba mayores ganancias. Mi negocio se mantenía bien, porque contaba con la ayuda de los chicos que siempre estaban esmerándose para vender los caballos de tiro que criábamos; por eso me enojaba y preocupaba la existencia de esos peligrosos carruajes que funcionaban sin caballos, porque de no ser por la demanda de animales, este negocio jamás se habría mantenido.

El mundo estaba cambiando y eso me intimidaba, faltaba tan poco tiempo para empezar un nuevo siglo que no podía dejar de pensar en los cambios que vendrían, ¿sería como lo narraban en los libros? Me imaginaba que habría cientos de inventos nuevos y cosas raras de las que nos acostumbraríamos después.

Era extraño, pero el futuro despertaba una enorme curiosidad en mí.

Sólo esperaba que los cambios fueran para mejor, pero viendo como se desarrollaba mi entorno, sentía que todo se volvería peor: últimamente Gold Springs se había llenado de forasteros de mala calaña, que no aportaban nada bueno, sólo robaban y molestaban.

Ya no tenía tanta fuerza, ni resistencia como para pelear, Leonard tampoco, pero tanto movimiento había llamado nuestra atención, por eso como dos tristes y aburridos viejos viudos que se creían detectives salíamos a observar lo que pasaba.

¡Lo qué hace tener tiempo libre durante la jubilación!

Bennet, nuestro flamante comisario, se la pasaba en el Golden Rose inspeccionando las enaguas de las señoritas que trabajan en el local y no hacía su trabajo; mientras tanto, el ex comisario y yo seguíamos a un sujeto sospechoso que se paseaba por la calle principal.

Vestía completamente de negro con excepción de su chaleco color esmeralda, usaba un viejo sombrero oscuro y fumaba mientras caminaba por la calle. Minutos después, consiguió un periódico y se apoyó en la pared a leerlo justo al frente del banco.

¡Ya conocía ese truco!

—¡Apuesto a que ni sabe leerlo! —dije a Leonard con indignación —. Ese banco es mío —bromeé.

Él sabía a la perfección de lo que planeaba hacer aquí hace treinta años cuando llegué, por eso se echó a reír ante mis quejas.

—Por eso estamos aquí, Phillips. ¡Quieren robar tu banco! —Siguió bromeando—. Dejando de lado los chistes, amigo. —Él cambió su tono divertido a uno más serio—. Esto es sospechoso y Bennet no estaría haciendo nada para proteger a la población. ¡Ya han asaltado a muchos en los alrededores!

La situación estaba complicada en Gold Springs con tantos asaltos y forasteros armados, por eso seguimos observando a este sujeto, pensábamos que no haría nada más que leer el periódico, pero luego apareció otro tipo; este era alto y de cabello castaño claro, vestía una camisa celeste, pañuelo negro atado en su cuello y pantalones cafés, usaba un sombrero desgastado y oscuro; pensamos que podía ser un cómplice.

Pero no fue así, el de negro que veníamos vigilando cruzó unas palabras con él y terminaron peleando. El de camisa clara era fuerte y sabía pelear, así que noqueó a nuestro sospechoso y luego siguió su camino como si nada.

Leonard se acercó al sujeto noqueado y yo fui a buscar a Bennet para advertirle que hubo disturbios en su jurisdicción, por eso me acerqué al Golden Rose, donde para mi mala suerte, en la puerta, tuve que cruzarme al chismoso Jones.

—¡Mira dónde te encuentro, Phillips! —exclamó en ese tono de burla que solía usar—. Sabía que tarde o temprano vendrías a buscar a una nueva damita al buen Golden Rose.

—Vete al carajo —contesté sin levantar la voz y él siguió su camino entre risas.

Podría haberlo alcanzado para golpearlo o quizás amenazarlo, no quería caer en su juego, así que me contuve. Había apretado los puños de la rabia que Jones me hacía sentir, pero traté de no darle más importancia y fui hasta donde se encontraba Bennet. Le advertí sobre lo ocurrido y le conté de los forasteros armados con actitudes sospechosas, pero al imbécil no le importó mucho porque estaba entretenido con las coquetas muchachas que bailaban el cancán.

Lo dejé y me fui dando un suspiro, a veces pensaba en que Leonard jamás debió retirarse, pero entendía que era un hombre con varias dolencias, igual que yo, y no siempre podía estar activo para todo lo que demandaba este viejo pueblo.

—Le advertí de lo que pasaba, pero no me hizo caso. Sé que se dará cuenta recién cuando un forajido esté apuntándole con su arma. ¡Ese inútil! No sería capaz de enfrentarse a alguien así. —Fui a quejarme ante Leonard.

Últimamente, estaba quejándome mucho por todo, sin dudas me había convertido en un viejo cascarrabias.

—Bennet es bueno, por algo se quedó en el puesto, pero el alcohol y las mujeres son su debilidad.

—¿Y de quién no?

—Tienes razón, Phillips —respondió acercándose al sujeto noqueado—. Ven, ayúdame a llevarlo a la comisaria.

Entre los dos lo sostuvimos y llevamos por unos metros hasta donde estaba el ex recinto de Leonard, allí el joven Connor, que trabajaba como ayudante de Bennet, nos recibió. El chico arrastró al sujeto hasta una de las celdas y lo dejó allí, mientras tanto Leonard y yo sólo observamos y luego nos marchamos.

—Es increíble lo cambiado que está todo aquí, no puedo creer que Tommy y Matthew se hayan ido.

—Decidieron irse a trabajar con Miller a Ridge Valley, es un pueblo grande.

La localidad vecina, estos últimos años, había crecido el triple de lo que era Gold Springs, no nos sorprendía que cada vez más gente de aquí se fuera hacia allá.

—Siempre fueron muy cercanos a Miller. Tú los entrenaste juntos.

—Es cierto.

Leonard y yo seguimos conversando por un largo rato, a medida que observábamos la calle principal del pueblo, continuaban viéndose estos sujetos extraños y también algunas mujeres jóvenes. De momento, ninguno cometió algún delito, ni realizó actos sospechosos.

Por ese motivo, con Leo dejamos la vigilancia para el día siguiente...

Como verás, la historia comenzó a conectarse con "La Bandida", que a pesar de ser un fanfic, la historia y el pasado de Jodie forman parte de esta historia

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Como verás, la historia comenzó a conectarse con "La Bandida", que a pesar de ser un fanfic, la historia y el pasado de Jodie forman parte de esta historia.

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Si has notado en estos últimos capítulos esos números, te voy a confesar que, esa era una cuenta regresiva de los capítulos que faltan para el final.

Así es... El próximo domingo termina Más valiosa que el oro.

¡Gracias por llegar hasta acá y te espero en el próximo capítulo! 

Más valiosa que el oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora