Aeternum [FanFic de Harry Potter]

CAPÍTULO 31

——Orión Black——

—Una hora antes de llegar a la clase de pociones—

—¿Quieres galletas? —ofreció mi hermano—. Luna me las regaló.

—Que cursis. —me burlé.

—¿Se puede? —Her pasa a la habitación—.¿Me invitas?

Sirio la mal miro y salió del dormitorio.

—Que grosero se ha vuelto tu hermano.

—Las hizo Luna para él.

—Me disculparé con ella, lo prometo —no le respondí—. Todo el mundo la llama así.

—Pero Sirio quiere que tenga la confianza de estar con nosotros. —suspire—. Has cambiado mucho, me agradaba más la antigua Her.

—No lo suficiente como me hubiera gustado.

—¿A qué te refieres?

—No importa, el punto es que no se porque te quejas si tú tampoco sigues las reglas y si soy tu amiga algo dice de mí.

—Tu eres mi amiga y seguías las reglas.

.—Descubrí que es más divertido no ser tan correcta.

—Sí, pero no a costa de los sufrimientos de los demás.

—A los de Slytherin no les dicen eso ¿Qué pasó con quien aborrecía a todos los Slytherin?

—Conocí a unos que no son tan desagradables.

—Tu noviecita por ejemplo.

Es un caso perdido.

—No olvides que ella no fue la que trató de envenenarte

—Ya superenlo.

No me dio tiempo de contestarle porque llegó Harry para que vayamos a desayunar y prefiero dejar ese asunto por la paz.

Lavander estaba al otro lado de la sala y al verme se acercó corriendo.

—Orión ¿Puedo hablar contigo? Es rápido.

—Adelantense —Hermione reviró los ojos—. Los alcanzo en un momento

—No te vayas a enojar.

Esa primera advertencia no me está ayudando. —¿Qué pasó?

—En los dormitorios de chicas están hablando del chico que llegó ayer, el que mencionaron cuando llegaste con Nat a clase de Snape y se rumorea que es su novio de Ilvermorny.

Sentí los celos recorrer todo mi cuerpo y llegó la persona menos indicada.

—¿Qué se siente ser el "Novio de Hogwarts"?

—¿Qué se siente ser el más idiota de Hogwarts?

McLaggen solo se burló. —Hey yo no tengo la culpa de que Grindelwald tenga varios novios.

—¿Por qué no te vas a la mierda Cormac? —Lavender trató de detener mi paso.

—Acepta que solo eres uno más de su lista de conquistas.

Por inercia lance mi puño a su rostro y el me lo devolvió mientras forcejeamos.

—¡Basta! —se escuchó a McGonagall—. Cormac a enfermería y después con el director.

Orión vienes conmigo.

Al separarnos sentí como caía sangre de mi pómulo mientras que McLaggen escupía sangre. Minerva todo el camino fué diciendo lo decepcionada que estaba.