Adrian y yo estamos caminando sin rumbo alguno viendo a los cuadros seguir nuestros pasos con fastidio por la luz que llevamos.
—¿No te aburres? —pregunto.
—Es tranquilo.
—Y da miedo, pueden salir fantasmas.
—Hay fantasmas en los cuadros y por los pasillos.
La pena me invade al darme cuenta que acabo de decir lo más tonto de la noche.
—Creo que mi cerebro no funciona a estas horas. —me disculpo.
—¿Solo a estas horas? —menciona burlón.
Continuamos nuestro paseo por otro rato hasta que nos encontramos de frente con tres estudiantes de Gryffindor a los cuales llevamos de regreso y les bajamos puntos.
—¿Nos robamos a Marcelo? —propongo mientras pasamos de escalera por escalera.
—¿Cómo crees? No.
—¿Por qué no?
—No podemos robarnos a un elfo incluso sea o no Helena la dueña.
—Pero le habla horrible.
—El 90% de los magos les hablan así.
Adrian tenía razón, no importa cuanto me importe e insista en salvar a un elfo porque habrán más que aún sufren pero eso no hará que me rinda.
— Ya descubrí que poder tienes. —dice después de un rato—. De alguna forma sacas lo mejor de las personas, hasta de los que parece que no tienen nada de bueno.
Solo sonreí en respuesta, considero que todos tienen bondad dentro de su corazón pero las circunstancias llevan a las personas a ser como lo son.
—Si gustas ya puedes ir a descansar yo dare un ultimo vistazo rápido por el castillo.
—Te acompaño oficial.
—No custodiada, no estás acostumbrada y aún quedan dos días más, mañana me acompañas, no seas terca y considero ayudarte a que te quedes con Marcelo.
—Como usted diga oficial. —le sonrio—. Descansa, buenas madrugadas.
—Buenas madrugadas.
Llego a mi habitación a duras rastras pues justo después de alejarme de Adrian sentí como el sueño se apoderó de mí y al tocar mi cama quedé perdida.
—Despierta. —dice una voz familiar—. No fuiste ni al desayuno, hasta Romeo pregunto por ti.
—¿Qué le dijiste?
—Que Julieta anda en coma.
—Tampoco exageres.
— Pequeña, tocamos la puerta seis veces.
—Se debieron confundir de puerta.
—Hola bella durmiente. —es la voz de Adrian—. Te traje esto para que desayunes —hizo una pausa—. Qué débil eres
Iba a responder cuando sentí un peso a mi lado entendiendo que no me lo dijo a mi.
—Hola —Draco se une acostándose a mi lado— Oye yo también soy rubio Adrian ¿No te gusto lo suficiente?
—Tu rubio se ve muy falso.
—Pudrete, mi cabello es perfecto.
—En una hora quieren a todos en el comedor —menciona Adrian cambiando el tema—. Darán el anuncio de los seleccionados y por cierto Cedric quiere que estés, quizás eso le ayude con los nervios.
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Aeternum [FanFic de Harry Potter]
FanfictionSer una Grindelwald es una vida difícil ¿Qué esperan la hija del "Señor de la muerte"? La gente supone, juzga y cree que me conoce gracias a las acciones de mi padre por lo mismo trato de rodearme de las personas correctas pero supongo que no siempr...