Chapter 16

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—¿Por qué en el mundo quieres un gato? —preguntó Sejeong mientras dejábamos Directivo al día siguiente.

—Sólo lo hago, ¿de acuerdo? ¿Quieres venir o no?

Ella se encogió de hombros. —No puedo. Lo siento. Tengo trabajo. Lleva a Minghao.

Como si hubiera sido convocado, Minghao apareció entre nosotros, y me pregunté cuánto tiempo había estado escuchando nuestra conversación.

—¿Llevarme a dónde?

Le dije: —Voy a la sociedad protectora de animales a buscar un gato.

—Oh. Genial —dijo, asintiendo con la cabeza—. Ojala no viviera en los dormitorios. Me encantaría tener un perro.

Era consciente del cuidado espacio que mantuvo entre nosotros, y el meneo casi continuo de su cabeza, como si el asentir le hubiera dado algo que hacer, y no quería renunciar a ello.

Sejeong se sacó las gafas de sol de la cabeza y las puso sobre sus ojos a pesar de que todavía nos encontrábamos dentro. —Bueno, tan divertido como es esto... Tengo que volar. Ustedes dos diviértanse en la perrera. No vengas a casa con una gata, Jungkook. —Sejeong era consciente de la mirada de pánico que había disparado hacia ella. Hao y yo no habíamos estado solos desde todo el asunto de la casi conversación. Él cambió su bolso de mensajero a su otro hombro, moviéndose como siempre lo hacía cuando se sentía nervioso.

—Si quieres ir solo, está bien.

—No, no. Deberías venir. —Teníamos que superar esto. Y sólo vi dos maneras, lo hacíamos juntos o no lo hacíamos. La espera iba a matar nuestra relación (que ya se hallaba bastante mutilada). Si teníamos que tener esta conversación, alrededor de lindos animales, era probablemente el mejor lugar.

—Está bien. Genial —dijo.

Genial... sí. 

Estaba contento de ser quien conducía. Me daba una forma de mantener ocupados mi cuerpo y mente. Y era mi coche, así que podía subir la música tan alta como quería. Lo que no había contado era que Minghao se sentía lo suficientemente a gusto en mi coche como para bajarla.

—Entonces, ¿qué te hizo decidir tener un gato?

Oh, ya sabes. Casi tuve una aventura de una noche con nuestro profesor, pero me arranqué usando mi gato imaginario como excusa, y ahora tal vez él quiere que estemos juntos, juntos a pesar de ser la peor idea, pero como que no me importa tanto, porque mi cuerpo y, probablemente, mi corazón me está diciendo que es la mejor idea. Así que ahora necesito un gato para que no se dé cuenta de que mentí sobre el gato, porque soy virgen y me acobardó tener relaciones sexuales con él.

—Sólo quería uno. —Fue lo que en realidad respondí.

—Oh. Genial.

Si decía, "genial" una vez más iba a gritar. 

Entré en el estacionamiento de la sociedad de animales, deseando haberle dicho a Minghao que quería ir solo después de todo. 

Necesitaba algo borroso y adorable en mis manos. 

Entramos a ese olor característico medicinal que está reservado para los refugios y veterinarias. La señorita de la recepción incluso se veía vagamente felina, como si trabajar aquí estuviera en su ADN. Su cara lucía apuntada ligeramente, sus ojos inclinados, y su pelo corto y difuso.

—¡Hola ahí! ¿En qué puedo ayudarles?

—Hola —dije—. Estoy interesado en adoptar un gato.

Ella aplaudió con pequeñas manos que imaginaba como patas. — Eso es fantástico. Tenemos un montón de grandes candidatos. Por qué no los llevo a la sala de gatos, y les daré una oportunidad de mirar a su alrededor.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒆𝒏𝒅𝒐𝒍𝒐 | 𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora