Epilogue

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Seis meses después...

Jimin

Mis ojos siempre eran atraídos hacia Jungkook durante esta escena. Él era encantador y alegre, y me tomaba toda mi concentración para contenerme de correr hacia él. 

Nuestra directora había escrito su propia adaptación de Orgullo y Prejuicio, y yo dudaba que ella aprobara que yo agregara mi propia adaptación en la que Bingley y Elizabeth terminaran juntos en vez del tosco Sr. Darcy. Los ojos de Jungkook se conectaron con los míos y, aunque se suponía que yo debía estar adulando al personaje de su hermana, mi personaje era la última cosa en mi mente. Nos formamos para un baile en el que estábamos moviéndonos constantemente y dando vueltas. Cada vez que Jungkook y yo pasábamos, nuestros ojos se encontraban, nuestras manos se rozaban, y yo maldecía al director de reparto que no me hizo Darcy. Yo podía ser tosco.

Inmediatamente después de la llamada a escena, lo encontré detrás del escenario y tiré de él hacia mí. —Jimin —suspiró en mis brazos. Las palabras vibraban contra mi pecho, y lo abracé con más fuerza.

Susurré en su oído: —Debes permitir que te diga qué tan ardientemente te admiro y te amo.

Él rió. —Dices eso cada noche después del show.

Me apartó, y mi mejilla se deslizó contra la suya. Los rizos alrededor de su rostro hacían cosquillas en mi frente. —¿Qué puedo decir? Soy persistente.

Él murmuró, sus labios apretados. —¿Persistente? Yo diría que sin imaginación. Podrías al menos tener tu propia línea.

Tracé con mis dedos su espalda. Podía sentir su corsé. Dios, me encantaría verlo en él. Sólo en él.

—¿Quieres algo original, amor?

—Sí, quiero. Mañana, espero la mejor línea que tengas, Sr. Park. Pero ahora, necesito ir a vestirme.

Se apartó de mí, y caminó hacia el vestidor más reducido, en vez del usual que ambos usamos (que muchas veces terminaba en besos). Me miró sobre su hombro, y sentí esa mirada recorrer cada centímetro a través de mí. Muchas cosas originales pasaron por mi mente, ninguna de las cuales podía decir en voz alta. Su sonrisa parecía decir exactamente lo que yo estaba pensando.

—Apresúrate —dije.

—La paciencia es una virtud, Sr. Park.

Él sabía que ese nombre me ponía mental. Me hacía sentir como su profesor de nuevo, lo cual era exasperante y extremadamente sexy al mismo tiempo. Fui a decirle lo mismo, pero ya se había metido en el vestidor.

Tomé un momento para respirar y despejar mi cabeza.

Esta noche, mi plan comenzaba esta noche. Si no lo hacía, probablemente terminaría diciéndolo sin advertencia alguna. Y, con la tendencia de Jungkook de entrar en pánico, esa no era definitivamente la manera de hacerlo.

Cambié mi traje, y lo colgué para el equipo de mantenimiento lo más rápido que pude. Mañana era nuestro día libre, lo que significaba que era día de lavandería. Buena cosa también porque mi traje definitivamente había olido mejor. Unos compañeros de reparto nos invitaron a tomar unos tragos, pero yo me excusé. Esperaba que Jungkook hiciera lo mismo. Lo quería todo para mí esta noche.

Estaba vestido y esperándolo, en tiempo récord. Cuando el primer chico salió, se rió y negó con la cabeza. Se inclinó hacia atrás y dijo: —Jungkook, tu novio está prácticamente salivando aquí afuera.

Novio. Aún no estaba acostumbrado a eso. Incluso después de que Jungkook se graduó, era incómodo cuando la gente nos veía juntos. Era agradable el que tuviéramos algo fresco en Filadelfia. No teníamos que escondernos.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒆𝒏𝒅𝒐𝒍𝒐 | 𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora