Chapter 9

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—Lo juro había tanta incomodidad en el aire, que se sentía casi sólido.

Mi cara estaba presionada contra la mesa en la sala de estudiantes, mientras que Sejeong trataba de inflarme con papas fritas y otros carbohidratos maravillosos.

Ella me dio unas palmaditas en la espalda a medias. No había nada ni remotamente maternal en Sejeong, pero al menos estaba tratando. — Estás exagerando, Kook. La única cosa que sentía en el aire era la tensión sexual. Quiero decir, él no te miro a menudo, pero cuando lo hizo... ¡Hola! ¡Desmayo!

—No hay manera de que pueda sobrevivir a un semestre en esa clase.

—Eso es ridículo. Eres un actor. Los actores duermen entre sí todo el tiempo, y luego siguen adelante. Demonios... ¿No te acuerdas del primer año de carrera cuando no querías salir con Mingyu en esa escena, y Gongyoo los envió a la otra habitación y les dijo que se besaran hasta que ustedes estuvieran cómodos uno con el otro?

—¿Por qué traes a colación lo que es, hasta el día de hoy, el segundo momento más humillante de mi vida?

Ella rodó los ojos. —Porque lo superaste.

—Nunca me olvidaré de haber tenido la lengua de Mingyu en mi garganta. Aún puedo sentir el asqueroso sabor.

—Vas a estar bien, Kook. Son cinco meses. Y sólo tienes que verlo durante tres horas a la semana. Habrá terminado antes de que te des cuenta. Luego, puedes saltar sobre sus huesos una vez más antes de viajar por el mundo conmigo.

—Hay tantas cosas locas en esa declaración que ni siquiera sé por dónde empezar.

—Vas a comenzar por comer, o vamos a llegar tarde a Dirección.

Gruñendo, empujé unas cuantas papas fritas en mi boca para calmarla. 

Hurgó en su bolso para buscar su teléfono, pero sus manos se cerraron en torno a algo más. —Oh, lo olvidé. Tengo analgésicos... ¿Quieres alguno?

Tragué saliva y dije: —¿Por qué querría eso?

Ella arqueó su cabeza hacia un lado —¿No tienes dolor después de... tu sabes... enloquecer?

Estúpido Jungkook. Tan loco y estúpido.

—¡Oh! Oh, cierto. No, no, estoy bien. Tomé un montón esta mañana. Estoy bien, gracias.

—Qué chico.

[🌙]


Avancé por el resto del día en piloto automático, listo para volver a casa y meterme en el capullo de olvido que es el sueño. Ni siquiera me molesté en quitarme la ropa antes de caer en la cama. 

Mi teléfono me despertó unas horas más tarde. Era Minghao.

—Hola nene. ¿Estás listo para pasar el rato?

Miré con ojos empañados al reloj. PM. Eran sólo las 7 en punto.

Bostecé. —Sí... claro. ¿Qué tienes en mente?

—Bueno, yo estaba pensando...

—No beber —lo interrumpí—. No puedo manejar ninguna bebida.

Se echó a reír. —¿No hay pelo de perro para ti?* Bien... Joy tocará esta noche en Grind. ¿Qué tal suena el café?

Volví a bostezar. Joy era una compañera de la clase de teatro.
Una noche escuchando su música sería simple y suave. Exactamente lo que necesitaba. —El café suena perfecto.

Cuando salí 20 minutos después, mi cabeza osciló de un lado a otro, paranoica de poder encontrarme con Jimin. Cuando estuve seguro de que no había nadie alrededor, corrí al estacionamiento y subí al golpeado y viejo Honda de Minghao. 

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒆𝒏𝒅𝒐𝒍𝒐 | 𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora