Capítulo 3

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Por los pasillos recorrían rumores. Rumores que a Draco no le interesaban en ese momento, decidido a seguir, por primera vez, el consejo de su amigo. Ignorar a Harry Potter. Trabajo que ha logrado en esta última semana.

No mirarlo, no acercarse a él, no dirigirle la palabra. Esperando claro, que con eso, Potter se le haga extraño aquello y que lo busque, o algo así.

Esperando que este sacrificio pueda dar sus frutos, en un futuro preferiblemente no lejano, y al fin podría poner fin a tal sufrimiento y ver nuevamente aquel rostro angelical.

Y ahí venía su desafío del día a día, evitar a la razón de que su corazón bombe con tanta velocidad.

En ese mismo pasillo por donde Draco pasaba, justo frente a él, se acercaba Potter.

Con su mentón en alto fingió muy bien sus nervios dando una perspectiva de poder.  Viendo como todos los estudiantes que se encontraban viendo el espectáculo daban paso tanto a él como a Potter y su trío.

Para Harry, ese lunes era más ajetreado que las demás, desde la mañana fue interrumpido por un Hufflepuf, que últimamente ha estado pisandole los talones. Perdió tiempo intentando evitarlo que ahora va contra el tiempo para ir a recoger su libro de estudio. Libro que tiene límite de horario.

En pleno camino Harry logra distinguir la cabellera rubia casi plateada de Malfoy, que venía justo frente a él. Mordió su mejilla esperando que Malfoy pasase de largo y no le haga perder tiempo con algun estúpido insulto, aunque está semana estuvo libre de él, rogaba que siquiera ese día siguiese con aquella extraña lejanía. Extrañado y a la vez agradecido de que los estudiantes no interrumpieran su camino, Harry apretó sus puños, enserio le urgia llegar a la biblioteca.

Para su sorpresa vio como Malfoy se desplazó, unos cuantos centímetros hacia la derecha, aún extrañado, agradeció mentalmente aquella acción y sin pensarlo él se desplazó al lado izquierdo.

Sus hombros se rozaron y sus miradas se cruzaron. Y sin embargo...  cada quien siguio con su camino.

(...)

- Menos mal logramos conseguir las últimas copias - Hermione abrazo su libro con una sonrisa. Para luego borrarla y mirar a sus amigos con el ceño fruncido - para la próxima hágame caso y levantence más temprano - exigió, dejando atrás a los dos chicos.

- ¿No te parece extraño que Malfoy haya dejado de fastidiar? - pregunto Harry. Ron le dio una sonrisa juguetona mientras movía sus cejas de manera graciosa - No fastidies Ron

- por mí mejor - admitió el pelirrojo sin quitar su sonrisa - aunque de quien deberías preocuparte es de otro que no es el hurón - con la mirada señaló la ubicación del, ahora irritante Hufflepuf.

Harry hizo un gesto de incomodidad, al ver como el muchacho se acercaba

(...)

- me has sorprendido- canturrio Pansy dando saltitos de felicidad. Pues su rubio amigo ha logrado ignorar por completo a Potter. Es más, ni los rumores que han recorrido todo Hogwarts han sido motivo suficiente como para que Draco dudará en seguir ignorando a su amor platónico - ¡Es simplemente admi... - exclamaba, pero se detuvo al ver el gesto decaído de su amigo - ¿Draco?

El mencionado se mantenía con la cabeza gacha, al escuchar su nombre se endereso

- Largo, quiero descansar - dijo firme. Los dos Slytheryn lo miraron antes de salir de la habitación.

Al estar solo, Draco al fin pudo desahogar su ira, tirando todo lo que encontraba a su alcance. Apretó los dientes y maldijo un millón de veces.

Se sentía molesto, frustrado y dolido.

¿cómo no estarlo? Si su rival lo ha ignorado en todo el mes que ha pasado.

Si. Un mes ha pasado desde que decidió ignorar la existencia de Potter, un mes donde Potter también ignoraba su existencia.

Tiró de  su muy peinado cabello y dio un grito ahogado, se sentía realmente irritado de que él también le halla ignorado.

Se tiró sobre su cama, preparado para meditar todo.

Optando la parte de que sus amigos tenian la razón. Lleva cinco años con ese amor  platónico y lo único que ha conseguido es  el odio del chico más lindo que conoce.

¿Pero que más puede hacer? Recordado la primera semana de haber empezado a estudiar en Hogwarts, justo después de haber rechazado su amistad, Potter ignoró por completo su existencia. Literal, pasaba a su lado sin siquiera darle un vistazo y sí, se sintió desesperado por atraer la atención del pelinegro.

Y en momentos de desesperación tomó la decisión de, si no puede tener la amistad de Potter iba a tener su odio. Total, atención es atención.

Al principio todo bien, pues con todo el desprecio que el pelinegro le tenía, logró obtener lo que anhelaba, estar en la vida de Potter. Cada vez que pasaba a su lado, él le regalaba una mirada de odio o desprecio quizás con algo de resentimiento, doloroso para su corazón pero al fin de cuentas era una mirada. Los insultos que recibía era una cruel manera de poder apreciar su voz, aunque sea veneno lo que soltaban esos bellos labios. Y los golpes

¡Ho gloriosos golpes! No mal entiendan, no es que sea masoquista o algo por el estilo, pero sólo haci podía tener contacto con sus manos y tan bella piel.

Todo bien, hasta que llegaba la noche, tediosa noche donde el amargo sentir de las palabras o golpes que recibía era más tolerable que el dolor en su pecho al recordar que, nunca será correspondido.

Por que es más que obvio que recibir el odio de la persona que tanto amas es más horrible que ser condenado a cadena perpetua en askaban. Lo peor de todo ¡es que sólo así puede tener esa atención que tanto anhela!

Y lo comprobó después de haber finalizado todo este tedioso mes.
Mes donde había aceptado tan espantoso consejo de Blaise de ignorarlo, el plan fracaso, Potter parecia más feliz que él no se entimeta en su vida

¿ahora como hará para recuperar la atención del pelinegro?

De pronto, surgió tan espantosa idea,

¿y si Blaise estaba enamorado de Potter, y para tener oportunidad estuvo insistiendo con la estupidez de que lo ignorase?

Fulmino con la mirada a su pequeño acompañante de cuarto, quien hace apenas unas horas quedó profundamente dormido.

drarry, es un buen apodo para nuestro amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora