Theo Campbell

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El ambiente estaba cargado de tensión en la habitación de Theo. Lucrecia, con los ojos enrojecidos por las lágrimas, y Theo, con una expresión de frustración en su rostro, se encontraban en medio de una discusión acalorada.

Theo: (frunciendo el ceño) No entiendo cómo puedes pensar eso de mí, Lucrecia. ¿En serio crees que te estoy engañando?

Lucrecia: (con voz temblorosa) No sé, Theo. Hay momentos en los que siento que estás distante, que prefieres pasar tiempo con otras personas en lugar de estar conmigo. No puedo evitar cuestionar tu fidelidad.

Theo: (exhalando fuertemente) ¡Lucrecia, no puedo creer que me estés acusando así! No se que estás diciendo nena.

Lucrecia: (sollozando) Es solo que... a veces me siento insegura. Veo cómo las chicas te miran y cómo te comportas coquetamente con ellas. Me asusta perder tu amor.

Theo: (frustrado, se acerca y toma las manos de Lucrecia) Lucrecia, entiendo tus miedos, pero no puedo seguir soportando estas acusaciones constantes. Si las chicas se me acercan no es mi problema, yo te amo a vos.

Lucrecia: (con voz entrecortada) ¿Cómo puedo confiar en eso, Theo? ¿Cómo sé que no me estás ocultando algo?

Theo: (con voz suave) Siempre te doy razones para creer en mí. Si algo te preocupa, hablemos de ello. No puedo luchar contra tus inseguridades si no sos clara.

Lucrecia: (susurrando) ¿Y si no puedo dejar de sentirme así, Theo? ¿Y si la confianza está demasiado dañada?

Theo: (abrazándola) Entiendo que estes asustada. No es tu culpa que tus anteriores relaciones siempre te demostraron que no podes confiar. Yo de verdad voy a mostrarte que no es así.

La tensión empieza a disminuir a medida que ambos se abrazan, buscando consuelo el uno en el otro. Ambos se dan cuenta de que la confianza es un pilar fundamental en su relación y que deben trabajar juntos para fortalecerla.

Theo: (suspirando) Creo que es mejor que me vaya a casa. Necesito procesar todo esto.

Lucrecia: (asintiendo) Está bien, Theo, entiendo. Pero antes de que te vayas, hay algo que necesito decirte.

Theo: (curioso) ¿Qué pasa?

Lucrecia: (tomando una profunda inspiración) Creo que para preservar la confianza en nuestra relación, ninguno de los dos debería asistir a la fiesta de Allison.

Theo: (frunciendo el ceño) Lucrecia, no sé si estoy de acuerdo con esa idea. No quiero sentir que estamos evitando situaciones simplemente por miedo. Además, no quiero alejarme de mis amigos y de esos momentos de diversión.

Lucrecia: (con seriedad) Theo, entiendo tus preocupaciones, pero también necesito que comprendas lo frágil que está nuestra confianza en este momento. No quiero arriesgar todo por una noche de diversión.

Theo se prepara para discutir su punto de vista, pero luego mira los ojos de Lucrecia, llenos de vulnerabilidad y tristeza. Se da cuenta de que su prioridad es no lastimarla aún más.

Theo: (suspirando) Está bien, Lu. Si eso es lo que crees que es mejor para nuestra relación, entonces ninguno de nosotros irá a la fiesta.

Lucrecia: (sonriendo suavemente) Significa mucho para mí que estés dispuesto a hacer este sacrificio por nuestra confianza. Sabemos que esto no será fácil, pero juntos lo superaremos.

Se miran el uno al otro con determinación y la certeza de que tomaron la decisión correcta para el bienestar de su relación. Aunque les cueste renunciar a la fiesta, están dispuestos a hacerlo para reconstruir la confianza perdida.
Theo le da un beso y se despide de ella.

Al llegar a su casa Theo se da cuenta de que estaba todo desastroso y desordenado.

Theo: (gritando) ¡Mamá! ¡¿Qué ha pasado aquí?!

Mamá: (sin responder, le entrega un sobre con dinero)

Theo: (confundido) ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?

Mamá: (evitando mirarlo directamente) Cuida de tu hermana, ahora es tu responsabilidad.

Theo: (desesperado) Ma, esperá... no te vayas por favor. No podes dejarme.

Mamá: (fríamente) No tengo tiempo para explicaciones. Haz lo que te digo y ocúpate de tu hermana.

Theo intenta retener a su madre, pero ella se libera de su agarre y se aleja rápidamente. Theo, con lágrimas en los ojos, toma su teléfono y comienza a llamar a su padre repetidamente.

Theo: (llamando) Papá... Papá... Por favor, contesta.

Después de varios intentos fallidos, Theo se siente frustrado y abandonado. Se toma un momento para respirar y recogerse, tratando de entender lo que está sucediendo. Luego, decide explorar la casa en busca de pistas. Se da cuenta de que su madre se ha llevado todas sus pertenencias, dejando un vacío en su habitación.

Mientras revisa la casa, Theo encuentra un pequeño cartelito en la nevera que dice: "Tu hermana sale a las 5:15 de clases de canto. Tienes que ir a buscarla". Mirando su reloj, se da cuenta de que son las 5:10. Se apresura y sale corriendo de la casa, llamando a un taxi para que lo lleve lo más rápido posible.

Theo: (hablando apresuradamente) ¡Taxi! ¡Necesito ir al Bulrich, academia de. canto. Es urgente.

Taxista: (asintiendo) Sube rápido. Llegaremos lo antes posible.

Mientras el taxi avanza a toda velocidad por las calles, Theo se aferra al asiento, preocupado por su hermana y abrumado por los eventos repentinos que han sacudido su vida.

Theo: (hablando consigo mismo) ¿Qué está pasando? ¿Por qué mamá se fue así sin explicación?

Los pensamientos y las preguntas se agolpan en su mente mientras el taxi se acerca al lugar donde su hermana está teniendo clases de canto.

Theo: ¡Acá!... Es acá. Tome. Le paga

Theo corre y llega justo a tiempo para cuando los nenes estaban saliendo.

Theo: (suspirando aliviado) Menos mal que llegué a tiempo, Matilda. ¿Mamá te dijo algo antes de traerte?

Matilda: (pensando) No, no recuerdo que me dijera nada en particular. Pero espera un momento... Creo que mencionó algo sobre llevarme a tomar un helado después de mis clases de canto.

Theo siente cómo la ilusión que tenía por obtener información de su madre se desvanece rápidamente. Sin embargo, se recupera rápidamente y sonríe a Matilda.

Theo: Está bien. Yo te llevaré a tomar un helado. ¿Te parece?

Matilda: (entusiasmada) ¡Sí, Theo! ¡Me encantaría! ¿Podemos ir a la heladería de la esquina?

Theo: Claro, podemos ir a tu heladería favorita. ¡Vamos!

Theo y Matilda caminan juntos hacia la heladería.

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