Otra vez el dolor de cabeza me martilleaba el cerebro de manera insoportable. Solo que hoy no desperté con nadie en mi cama y no tuve actividades que me obligaran a salir de ella. Hoy fuimos mi soledad, mi resaca y yo.
Joss me había estado llamando durante el transcurso del día, pero yo no le respondí ni una sola vez. Prefiero que no sepa nada de mi a que se entere que he bebido otra vez, sobretodo luego de haberle reconocido que tengo un problema y que tengo que parar. Si llega a enterarse seguro que me asesina. Tampoco estoy con ánimos para escuchar sus regaños de hermana mayor preocupada.
Mi celular sonó, otra vez, haciéndome despegar mis ojos de la tv. Luego de haber dormido como un oso la mayor parte de la mañana y medio día, había decidido alimentar mi tristeza aún más, como toda una psicópata masoquista, con unas respectivas películas románticas. ¿Es lo que se hace cuando se quiere sentir toda las penas a profundidad, no? Ver películas románticas, leer libros románticos, escuchar canciones que hablen del amor.
Miré que la pantalla ya no reflejaba el nombre de Joss, si no el de Zoe. Si no fuera porque tenemos varios días ya sin hablar también la hubiese ignorado, pero extraño hablar con ella. Asi que le acepté la video llamada.
—¡Hola! —me saludó animadamente.
—Hey —le sonreí.
—Luces... terrible ¿Qué pasa?
¿Qué pasa? Esa es una muy buena pregunta. Podría hacer una lista con las cosas que pasan.
—suspiré— Es uno de esos días...
La alegría con la que me había saludado desapareció. Su expresión sonriente cambió a una preocupada, llena de lástima.
—¿Qué desencadenó ese estado?
—Lo mismo de siempre, Zoe. Solo que esta vez hablé de más estando ebria y revelé ciertos sentimientos que me esfuerzo diariamente por enterrar.
—¿Qué sentimientos fueron esos?
—Comencé a llorar y dije que... quería verlo...
Zoe elevó sus cejas con sorpresa, presionó sus labios y no dijo una sola palabra.
—Como sea... ya se me pasará.
—No se te pasará, lo sabes. Han pasado cinco años, Sofía, cinco años y nunca se te pasa.
—Bueno, pero algún día será.
Zoe soltó una risa incrédula. Por supuesto que nunca se me pasará, sería muy tonta para creer algo así.
—No entiendo porque prefieres estar así cuando perfectamente puedes hacer algo para remediar la situación.
—No es tan fácil. Èl... —negué tragando con fuerza, intentando diluir el nudo de mi garganta— Apuesto a que pasó la página hace mucho tiempo atrás.
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Obsesión Letal
RomanceSegunda parte de Corrupción Letal. Ella ya no es aquella niña llena de miedos. Él ya no es su guardaespaldas que se negaba a amarla. Luego de acabar exitosamente con los escorpiones Jace y Sofía se convierten en los dueños de la ciudad, ahora ell...