Capítulo 7

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Jace cumplió con su palabra al día siguiente de haberme sentenciado con que mi seguridad no era un juego, se apareció aquí a primeras horas de la mañana con dos escoltas para mi

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Jace cumplió con su palabra al día siguiente de haberme sentenciado con que mi seguridad no era un juego, se apareció aquí a primeras horas de la mañana con dos escoltas para mi. Uno era un hombre quizás de cuarenta y tantos años muy alto y de contextura enorme, en sus arrugas se notaba su edad, pero ¿El cuerpo? No cualquier hombre a esa edad se ve así de bien. El otro era más joven que él, calculo que un par de años más que Jace, igual de alto, igual de fortachón. El mayor se llama Vincent y el más joven se llama Kai.

Ahora mis días se basan en que esos dos hombres enormes cuidan fuera de mi apartamento y me siguen a todos lados. Por las noches Jace contrató relevo para ellos, después de todo son humanos y necesitan descansar. Es un loco obsesivo que me pregunta todos los días si no he recibido más notas. A pesar de yo haberme marchado y a pesar de que sigue molesto conmigo por esa razón, no deja de preocuparse por mi seguridad y ese... ese es mi Jace, el que siempre veló por que nada malo jamás pudiera pasarme. Eso quiere decir que si, sus sentimientos por mi aún están ahí, muy muy adentro, pero ahí.

Solo han pasado un par de días, aún así no he avanzado tanto como quisiera. El se rehusa a interactuar más de la cuenta conmigo, me habla solo para lo necesario y evita a toda costa que estemos a solas. Siempre haciéndose el duro, no sería él si no lo hiciera. A pesar de haber demostrado interés en mi el día que se enteró de las amenazas, de haber revelado que sin importar nada él habría ido a donde yo estaba si lo hubiese llamado, eso solo fue un momento en el que sus escudos se cayeron ¿Luego de eso? Los levantó hasta tocar el cielo.

Dije que insistiría hasta hacerlo caer nuevamente, lo sé, eso sigue siendo el plan. Pero tampoco puedo hostigarlo y acosarlo, tengo que ser paciente y sabemos que ser paciente nunca ha sido lo mío.

No le importa demostrar que se preocupa por mi bienestar, deja muy en claro que no me quiere muerta, pero se niega a demostrar el más mínimo rayo de amor, de ese amor que teníamos. Se reprime a dejar notar su atracción hacia mi, por más sexy que me vista él se esfuerza por no mirarme de más y Dios, eso me frustra en niveles exorbitantes. Lo quiero conmigo, junto a mi y él no me está poniendo las cosas fáciles.

¿Eso significa que me daré por vencida? Por supuesto que no.

Algo que por distraída no noté hasta el día de ayer, es que Jace aún sigue usando el reloj que le regalé en nuestra primera noche en este apartamento. El corazón se me hinchó hasta casi estallar por vérselo puesto y eso para mi... fue una pequeña victoria. Que a pesar de su rabia y su dolor quiera seguir usando el reloj que yo le dí, sabiendo el signficado que supone, aún cuando él podría comparse otra docena de relojes más y usar esos en vez de ese, yo considero eso una señal.

Asi que hoy yo llevo un arma especial que sé que funcionará de alguna manera. Acomodé el pequeño corazón negro en el centro de mi pecho y sonreí satisfecha al verme al espejo. Con un vestido color café de tela parecida a la de un sueter, mi figura se mira de impacto, pues la tela se pega a mis curvas como una segunda piel y el corte hasta un poco arriba de los tobillos lo hacia ver elegante en conjunto con los zapatos de tacón. Dejé los hombros del vestido caídos y até mi cabello para dejar así visible todo mi cuello y pecho, pues el vestido cuenta con un favorecedor escote.

Obsesión LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora