Capitulo 13.
Toqué la puerta, rogando que estuviera solo.
Abrió la puerta. Su cabello oscuro estaba despeinado. Traía una remera mangas cortas blancas y un jean oscuro.
- Alex. - dijo extrañado de que estuviera allí. Bajé la capucha y lo miré. Su cara se transformó cuando me vió. Mis manos tenian un poco de sangre. - ¿Qué demoni---
- ¿Puedo pasar? - lo interrumpí.
Asintió.
- ¿Qué diablos te pasó en la cara? - dijo mientras yo entraba y me quitaba el abrigo. Cuando vio mis brazos llenos de sangre y vidrios clavados en mi piel, su boca se abrió en una "o".
- ¿Quién te hizo esto? - preguntó poniéndose en frente mio. - ¿Fue Colin?
- ¿Quién demonios es Colin? - pregunté sin entender nada. Mi cara era una mezcla de confusión y dolor.
- No importa. Tienes que ir con el señor Thomsson.
- ¿Estas loco? Me odia.
- ¿Y que puedo hacer yo? - dijo alzando los brazos.
- No lo sé.
Su cara se transformó.
- ¿Entonces para qué demonios viniste?
Eso me puso a pensar. ¿Por qué habia ido con Thomas?
- No lo sé. - repetí pensativa. Él suspiró cuando pronuncié esas palabras.
- Tengo que curarte, ven.
Caminó al baño y yo lo seguí.
- Siéntate. - ordenó.
Me senté en el lavabo dando un pequeño saltito debido a su altura.
- Tienes que saber que no tengo mucha idea de como curarte así que no te prometo nada.
Tomó mi brazo y ambos sentimos una electricidad. Se que el sintió lo mismo porque apretó un poco mi brazo y me miró a los ojos con esa cara de nervioso que tenia siempre que estabamos cerca.
Me quitó uno a uno los vidrios de mis brazos.
- Tu mejilla se esta poniendo violeta, Alex.
- Maldita. - susurré.
- Aún no me dices quien fue.
- Daisy.
- Esa chica es peligrosa, no deberias compartir habitación.
- No te preocupes, no lo haré.
- ¿Y dónde te quedarás? - dijo curando un corte que tenia en mi ceja derecha.
Hice cara de dolor y dijo un: lo siento.
En el momento en el que Thomas preguntó donde me quedaría, una idea vino a mi mente, mas bien un nombre. Cam.
- Si te dijera tendria que matarte. - dije sonriendo.
- Si me mataras no tendrías quien te cure. - dijo riendo.
- Si te matara no tendria a nadie. - solté de golpe. Luego me arrepentí, al ver su cara incómoda.
- Todo listo. - dijo alejándose para tirar todos los papeles y gasas con sangre.
- Gracias. - dije bajándome del lavabo.- Cuando alguien te golpeé puedes venir conmigo. Te debo una.
- A diferencia de ti, no me meto en problemas. - dijo sonriendo.
-No hice nada. Daisy está loca.
- Eso no es novedad. - dijo mientras ponia dos cigarros en su boca y los prendia. Me dió uno. Me senté en una cama.
- Siéntate en la otra cama. - ordenó.
- ¿Por qué? - dije sin entender.
- Esa es la cama de Colin. No le gusta que toquen sus cosas.
- ¿Quién demonios es Colin?
- El chico de cabello oscuro, con el que peleaste tu primer día aqui.
- Oh, lo recuerdo. No lo he visto por aquí hace mucho, nadie habla de él.
Dije todo eso porque trataba de sacarle algo de información sobre Colin.
- Lo sé.
- ¿Qué hay con él?
- Alex tienes que irte, voy a salir.
Y otra vez más, cambió de tema.
Tomé mi campera del suelo.
- También yo.
Salimos juntos del edificio de niños.
Recordé que tenia que ir detrás del edificio de niñas. (Lo decía el mensaje aterrador).
- Thomas.
- ¿Si?
- ¿Me acompañas? - dije señalando hacia el otro lado.
- ¿Tienes miedo? - río.
- No. - dije seria pero comencé a contagiarme de su risa.
- Genial. - me acompañó.
- Genial. - le sonrei.
Eran las 20:00 y estabamos esperando a... no lo sé.
Se escuchó un ruido y yo me asusté.
- Tranquila... ¿A quién esperas? - dijo calmandome.
- No lo sé, ese es el problema.
- No entiendo.
- A la cuenta de 3, corremos.
- ¿Qué?
- 1.
- Estás loca.
- 2.
- Alex, ya basta.
- 3.
- Genial.
- ¡Corre, idiota! - lo tomé del brazo.
- Peter... ¿que hay? - dijo tratando de frenar.
- ¿Peter? - dije yo. - ¿Tu me enviaste el mensaje?
- ¿Que tienes en tu cara? Wow. ¿Tu le hiciste eso? - dijo mirando a Thomas enojado.
- Claro que no. - dijo Thomas. - ¿Por que le enviaste un mensaje a Alex?
- Saldríamos juntos hoy. - traté de explicar.
- Saldrias conmigo hoy. - dijo Thomas a Peter.
- En realidad,- hizo una pausa para abrir los brazos- saldría con ambos.
- Genial. - dijo... no hace falta que diga quien lo dijo.
- Mejor cuéntame que hay con tu cara.
