Saqué las bolsas del maletero y suspiré mientras escuchaba algún que otro ruido.
Miré hacia atrás y me encontré a Daniel intentando quitarle una muñeca a su hermana.
– Dani, por favor, tienes tus propios juguetes ¿por qué intentas quitarles esos a tu hermana?
Dani me miraba enfadado y andaba con cara de asco mientras entraba en casa.
Sonreí viendo lo mucho que se parecía a su padre.
Gala entró arrastrando un carrito de muñecas y con una de ellas en sus manos.
Cuando cerré vi a Gavi bajar las escaleras y Dani se lanzó a los brazos de su padre.
– ¿Por qué estás enfadado ahora?– dijo preguntándole a Dani.
Este no dijo nada y simplemente se cruzó de brazos.
Gavi reía y yo dejé la compra en la encimera.
– Tu hijo es un busca peleas.– dije abriendo la nevera.
– ¿Y eso por qué?
– Quería quitarle las muñecas a su hermana.
Gavi intentó que Dani hablase, pero al final acabó dejándole en el suelo.
Este no dejaba de quejarse y poner caras de asco.
Yo lo miré riendo.
Sentí unas manos en mi cintura y seguí cortando una manzana.
– Tu hijo se parece mucho a alguien.– dije poniendo la manzana en un bol e hice lo mismo con otra.
– ¿A quién?– preguntó Gavi mientras besaba mi cuello.
– A ti.– dije sonriendo.– Todo el día de mal humor
Gavi se rió alto y aproveché para ir hasta donde estaban los dos trastos y darles un bol con manzanas a cada uno.
Gala comía mientras jugaba con las muñecas.
Y Daniel simplemente se subió al sofá y puso la tele mientras se comía la manzana.
Mirar a Dani era como ver una réplica exacta de su padre, solo que había heredado los ojos verdes de mí.
Gavi se sentó con él y subió a Gala.
Al final acabaron haciéndose cosquillas los tres.
Yo me reí y fui hasta ellos.
– Yo también quiero.– dije y fui hasta Gavi para hacerle cosquillas.
Él reía sin parar y entonces aprovechó que estaba distraída para agarrarme y hacerme cosquillas.
– Los tres, cosquillas a mamá, venga.– dijo Gavi riendo.
Gala y Dani se unieron a hacerme cosquillas y yo reí pidiendo ayuda.
Dani se tiró encima de mí y yo reí.
Era un bruto.
Cuando conseguí que me soltasen se levantaron los tres para ir al jardín con Luna y jugar a fútbol.
Me senté en una de las sillas del jardín y dejé mi taza de café en la mesa.
Los vi jugar con Luna.
Daniel le había marcado un gol a su padre y vino hasta mí para celebrarlo.
Yo le aplaudí sonriendo.
Gala solo corría de un lado a otro, hasta que marcó gol y su hermano llegó hasta ella para cogerla en brazos y moverla de un lado a otro celebrándolo.
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𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo Gavi
Подростковая литератураLeah acompaña a su mejor amiga a ver un partido del Barça aún sabiendo que es del Madrid. Lo que ella no sabe es que después de ese partido su mundo va a ponerse patas arriba. ¿Está segura de lo que dice?