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Los dos nos despojamos de nuestras camisetas para volver a besarnos, mi cintura era sujetada con una fuerza que disfrutaba demasiado.

Cuando nos separamos por falta de aire sus manos bajaron descaradamente hacia mis glúteos, apretandolos logrando que suspire.

–. Iremos despacio, cualquier cosa me dices ¿vale?– Me dijo calmado, asentí ligeramente y luego volvió a atacar mis labios mientras que íbamos en dirección a la cama.

Mi espalda chocó contra el suave colchón que se había formado entre nuestras dos camas, nos separamos por ello y Gavi aprovechó para subirse en mi regazo y colocar ambas manos a mis costados.

–. Te ves tan hermoso desde aquí– Dijo él antes de besar mi mejilla con cariño –. Lo mejor es que eres completamente mío...– Susurró y comenzó a dejar besos por mi cuello.

Sentía una presión en cierta zona de mis pantalones, una que indicaba el ritmo al que iba subiendo la temperatura en la habitación.

Sentí como comenzó a frotarse contra mi entrepierna, aquel roce hacia que sintiera como comenzaba a palpitar e indicaba que ya estaba en un estado puro de excitacion.

–. Pablo...– Solté en un jadeo, antes de cubrirme el rostro avergonzado.

–. No te cubras mi vida, quiero verte– Dijo mientras apartaba mis manos con suavidad.

Sus caderas hacían que esa fricción sea sumamente exquisita, sentía que solo con eso y verlo desde mi posición podría llegar a correrme.

En un momento se levantó únicamente para agacharse y quedar justo delante de mi miembro. Antes de quitarme las siguientes prendas levantó la cabeza para observarme, me coloqué sobre mis codos y asentí rápidamente, dándole luz verde para la siguiente acción.

Bajó mis pantalones y ropa interior juntos, dejándome al descubierto. Tenía la mirada puesta fijamente sobre él, esperando el siguiente paso.

Con una de sus manos comenzó a hacer movimientos lentos de arriba a abajo, suspiré y cerré los ojos por un momento, disfrutando del placer que me generaba ese contacto directo.

–. Más...– Murmuré mientras sentía como mis brazos iban perdiendo fuerza y me vi en la obligación de volver a acostarme en la cama.

–. ¿Qué pasó? No te escuché– Dijo él, al instante supe que se quería hacer de rogar para que las cosas avanzaran. Chasqueé la lengua y cogí un poco de aire antes de volver a hablar.

–. Quiero más, Martín– Volví a decir un poco más alto.

Escuché una pequeña risa suya antes de sentir como su mano se iba pero rápidamente la sensación cambiaba por otra mucho mejor.

Su cálida boca envolvió mi miembro haciendo que el choque de sensaciones genere una corriente de placer por todo mi cuerpo, inevitablemente solté un gemido y ejercí un poco de fuerza contra las sábanas.

Movía su cabeza y pasaba su lengua por mi miembro con una lentitud que comenzaba a desesperarme, después lo sacó de su boca nuevamente para volver a estimularme con una de sus manos.

Me cubrí el rostro nuevamente y solté jadeos de manera un poco más libre, aunque no esperaba luego volver a sentir los labios de mi pareja hacer lo mismo de antes pero creando un vaivén mucho más rápido.

Estaba jugando conmigo y lo sabía, pero mi cabeza poco a poco iba dejando de pensar con claridad únicamente por el sonido obsceno que creaba la fricción entre mi miembro y la boca de Gavi.

Con la poca fuerza de voluntad que me quedaba logré sentarme y colocar una de mis manos en su cabello para comenzar a acariciarlo suavemente, mientras tanto no podía despegar mi mirada de aquella acción que me estaba haciendo sentir tantas sensaciones.

La noche más linda [Pedri & Gavi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora