22.

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-. ¡Pedro, hazme caso!- Reprochó Pablo al notar que tenía mi mirada perdida, mientras que yo intentaba formular una oración que no suene tan obvia para hacerle una pregunta que me perseguía desde hace unas horas.

-. Te estoy escuchando amor, solo que estoy mirando otro lado- Él apoyo su cabeza en mi hombro y se acurruco un poco más contra mi porque la brisa fresca de la noche nos golpeó a ambos, haciendo que intenté buscar más de mi calor corporal.

-. Primero: dime así más seguido, por favor, segundo: ¡si no me miras siento que no me prestas atención!- Rodeé su cintura con uno de mis brazos y lo miré.

-. ¿En el hipotetico caso de que te tuviera que regalar algo, que querrías?- Me miró algo confundido por la pregunta tan repentina pero después pareció pensárselo por un momento.

-. Una cadena con la inicial de tu nombre, pero... ¿Porqué la pregunta?- Llevé una mano hasta su frente, apartando con suavidad el pelo húmedo que caía sobre su frente por la reciente ducha que había tomado.

-. Por nada, era solo curiosidad- Asintió lentamente para luego acercarse un poco más a mi.

-. Oye, mi vida- Dijo llamando mi atención, volví a dirigir mi mirada hacia él, posandola sobre la suya observándolo atentamente.

-. ¿Dime?- Él se acomodó mejor para poder estar un poco más a mi altura antes de hablar.

-. ¿Estás nervioso por el partido de...- Encendió su móvil únicamente para mirar la hora -. hoy?- Fui de curioso y eché una miradita a su pantalla, pero no esperaba ver la foto que nos sacamos en la gala del Ballon d'or, donde ganó el Golden Boy y lo felicite 1000 veces esa noche.

Mis mejillas tomaron ese ligero color carmesí que se apoderaba de ellas únicamente después de los partidos y por Pablo, solté una risita nerviosa y él al ver mi reacción volvió a mirar la pantalla, al ver la foto comprendió todo y la apartó para abrazarme ya prácticamente subido encima mía, escondiendo la cabeza en mi cuello.

-. Eres un cotilla- Susurró a mi oído, volví a reír y dejé un beso en su mejilla.

-. Te amo mucho- Ya veía venir nuestra típica discusión diría de quien ama más a quien pero le cubrí la boca para callarlo -. No comencemos eh, porque ya sé que nos podemos tirar hasta que amanezca simplemente con esto- Me dio un golpecito en el brazo antes de que le quité la mano.

-. Eres un bobo- Volvió a apoyar su cabeza en mi hombro con suavidad -. Cuando marque un gol te lo voy a dedicar- Se dejó apoyar totalmente contra mi cuerpo y yo rodeé su cintura, dejando descansar mis manos allí.

-. Yo también, en esta juro que marco aunque sea uno, solo para ti- Escuché una risa cansada de su parte y sentí como asintió lentamente.

-. Te besaría si no estuviera tan cansado- Reí y me acurruque un poquito más contra él.

-. ¿Quieres que vayamos dentro ya o...?- Él respondió rápidamente haciendo un "no" con su mano y luego la volvió a apoyar en mi hombro -. Vale, pero si tienes frío o ya quieres que entremos me avisas ¿si?- Él asintió y rodeó mi cadera con sus piernas para más comodidad. Yo comencé a darle suaves caricias en el pelo mientras que pensaba una manera de traer el regalo sin que los demás supieran.

Podía llamar a Fer y pedirle que por favor me lo consiguiera, porque no creo que sea una muy buena idea salir de madrugada yo solo a comprarlo.

En un par de minutos más logré escuchar como su respiración se había relajado por completo y sus brazos habían perdido fuerza, indicando que ya estaba profundamente dormido.

Lo cargué con cuidado para no despertarlo y camine hasta la cama, lo deje despacio sobre esta y luego fui a yo a tumbarme con él. Me aseguré de que no fuera a pasar frío porque me quite mi sudadera y se la puse bajo la manta, le di un pequeño beso en la mejilla para después abrazarlo y caer dormido en cuestión de segundos.

La noche más linda [Pedri & Gavi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora