Capítulo 12

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Encuentro

A Hyunjin le gustaba la música country alternativa, por lo que desde que salimos de Förening, en la radio del Cadillac en el que viajábamos no dejaron de sonar canciones de Neil Young, Ryan Adams, los Raconteurs y Bob Dylan. Hyunjin cantaba de vez en cuando; desafinaba un poco, pero eso hacía que sonara todavía más atractivo.

Todavía estaba oscuro y continuaba nevando, pero a Hyunjin no parecía preocuparle; en algunas curvas el coche derrapó un poco, pero siempre logró recuperar el control. Tuve que maquillarme en el coche y Hyunjin lo mantuvo lo suficientemente estable como para que no me clavara el delineador en el ojo.

Aprovechó para molestarme por el maquillaje y por la ropa que había elegido. Era un traje tipo túnica largo de color púrpura, cubierto de encaje y diamantes; sobre el atuendo llevaba una capa de terciopelo negro.

Había escogido ese atuendo porque sabía que a Siwon le agradaban las muestras excesivas de respeto. Mientras estuve secuestrado en Ondarike, Seulgi no permitió que Siwon me viera sin un atuendo digno.

La pleitesía era importante para él, y por eso quería tener buen aspecto cuando nos encontráramos, para que lo tuviera en cuenta.

De hecho, tuve suerte de encontrar prendas así de elegantes, ya que la mayor parte de mi ropa había sido llevada de mi habitación a la antigua alcoba de la reina, la habitación que ahora compartíamos Minho y yo; como no quería explicarle mi plan a él, preferí vestirme en mi antigua recámara.

Después de cambiarme fui al cuarto de Jeongin; se puso como loco cuando le hablé de mis planes, y de hecho supe que correría a avisar a Minho en cuanto me fuera, si no lo hacía antes siquiera de que llegara a la puerta. Tuve que usar la persuasión para obligarlo a esperar lo máximo posible; calculé que el efecto duraría más o menos hasta las ocho de la mañana; tal vez un poco más.

Como yo era el príncipe, tenía acceso a todo. Fui al garaje y tomé las llaves de un Cadillac negro.

Salimos de Förening sin que nadie nos viera, excepto el guardia de la entrada principal; también usé la persuasión con él para impedir que alertara a los demás, y entonces nos pusimos en camino.

—Puedes dormir un rato —dijo Hyunjin cuando me vio observar cómo caían los copos de nieve sobre el vidrio—. Yo me encargaré de llevarte hasta allí.

—Lo sé, pero estoy bien. —No estaba cansado a pesar de que en realidad no había dormido nada la noche anterior. Los nervios me tenían demasiado alerta.

—Sabes que podemos regresar en cualquier momento —me recordó una vez más.

—Sí, también lo sé.

—He pensado que sería buena idea reiterarlo —dijo con un aire de desilusión. Se quedó en silencio durante un minuto antes de comenzar a cantar con la radio de nuevo.

—Tu padre era Trylle, ¿verdad? —pregunté, interrumpiendo su canto.

—Mi padre nació en Förening —respondió Hyunjin con cautela—, pero los lazos de sangre lo acercaban más a las serpientes que a los Trylle o a los Vittra.

—Estás usando una metáfora, ¿verdad? —pregunté—. Tu padre no era, literalmente, un reptil.

—No —contestó entre risas—. No era una víbora de verdad.

—¿Por qué terminó viviendo con los Vittra? —continué interrogándolo—. ¿Fue para seguir a tu madre?

—No. —Hyunjin negó con la cabeza—. Era el Canciller de Förening. Conoció a Siwon cuando vino a visitar a tus abuelos para pedir la mano de Irene.

3.Renacimiento - Hyunlix/ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora