Capítulo 8

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Mañana siguiente

A pesar de que llevaba puesto un traje de novio que debía de pesar unos diez kilos por lo menos, jamás en la vida me había sentido tan desnudo. Me quedé al pie de mi nueva cama en lo que sería mi aposento de ahí en adelante.

Durante mucho tiempo había sido la alcoba de Irene, pero ahora era mi habitación, la que compartiría con mi esposo; Minho estaba junto a mí, pero sólo atinábamos a contemplar la cama.

Cuando la fiesta comenzó a decaer, mi madre, los padres de Minho, Seungmin, Namjoon y algunos otros funcionarios importantes nos condujeron a la cámara real. Todos reían y hablaban de lo mágico que sería; luego cerraron la puerta y nos dejaron allí.

—Antes, cuando un príncipe o rey se desposaba, se acostumbraba a cerrar las cortinas que rodeaban el lecho de cuatro postes durante la noche de bodas —dijo Minho—. Luego la familia y los funcionarios se quedaban sentados alrededor para asegurarse de que la pareja tuviera relaciones sexuales.

—Vaya, eso es muy perturbador —exclamé—. ¿Por qué diablos harían algo así?

Minho se encogió de hombros y agregó:

—Para asegurarse de que tuvieran descendencia; sólo arreglaban los matrimonios con ese propósito.

—Supongo que deberíamos estar felices de que no hagan eso con nosotros.

—¿Crees que estarán escuchando detrás de la puerta?

—Sinceramente, espero que no.

Seguimos contemplando la cama, incapaces de mirarnos el uno al otro. Creo que ninguno de los dos sabía qué hacer. Había planeado esperar lo suficiente para asegurarme de que todo el mundo se aburriera y se fuera pero, además de eso, no sabía qué debía suceder esa noche.

Minho y yo jamás tendríamos una relación marital típica, pero por alguna razón asumí que estábamos obligados a consumar nuestra unión la noche de bodas. Ocurriría tarde o temprano porque se suponía que debíamos engendrar un heredero al trono, independientemente de si nos gustábamos o no; en el caso de Minho, sin importar siquiera si le gustaban los donceles o las mujeres.

—Este traje pesa de verdad —dije finalmente.

—Sí, eso parece. —Minho se volvió para mirar mi atuendo y los metros de capa que me habían tenido que acomodar en la parte de atrás para que pudiera bailar—. Creo que sólo la capa ya pesa alrededor de cinco kilos.

—Seguramente —dije—. Eh… me gustaría quitármelo.

—Ah, sí, claro. —Minho se quedó callado un momento—. Adelante. Supongo que… debes quitártelo.

—Bien… Mmm, voy a necesitar tu ayuda. —Señalé la parte de atrás—. Esto tiene como mil botones y broches, pero no los alcanzo.

—Ah, sí, por supuesto. —Minho asintió con la cabeza—. Debí suponerlo.

Le di la espalda y me quedé parado esperando pacientemente mientras él desabrochaba todos los botones y broches de presión; cuando reflexioné sobre ello, me pareció ridículo. Se suponía que era un traje pensado para despojarse de él, pero le llevó unos quince minutos desabrocharlo todo; durante ese tiempo, permanecimos callados.

—Listo —dijo—. He acabado.

—Gracias. —Sostuve el la capa para evitar que se me cayera y luego me volví para mirarlo—. ¿Crees que… debería ponerme el pijama?

—Oh. —Minho se frotó las manos en el pantalón—. Mmm… Si quieres.

—¿Tú te lo vas a poner? —pregunté.

3.Renacimiento - Hyunlix/ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora