Capítulo 19

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Alivio

—No lo sé, Felix. — Minho sacudió la cabeza—. No quiero que mueras pero no sé qué más decirte.

—Lo sé —dije con un suspiro—. Yo siento lo mismo.

Minho se sentó en el arcón al pie de nuestra cama y yo me quedé de pie frente a él, mordiéndome la uña del pulgar. Ambos seguíamos en pijama, pero al parecer ninguno había logrado dormir la noche anterior. Desperté a  Minho temprano, cuando aún no había salido el sol, y le pregunté qué pensaba que debía hacer yo respecto a la pintura de Irene.

—Todavía no sabes cómo matar al rey —señaló—. Y le prometiste entregarle nuestro reino cuando fueras coronado.

—Pero si estoy con él no seré rey.

—Sí, pero no creas que va a dejar que se le escape ese detalle —dijo  Minho—. Si te entregas a él, podría rechazarte porque lo que en realidad quiere es el reino.

—Le puedo decir que vosotros me expulsasteis cuando descubristeis mi plan para unirnos a los Vittra —expliqué—. Entonces tendrá que recibirme.

—Pero seguirá queriendo el reino —señaló  Minho—. Aunque te tenga, de todas formas vendrá a reclamarlo. Si acaso, estarás posponiendo lo inevitable.

—Puede ser —confesé—. Pero si eso es lo más viable, entonces también es lo que debo hacer.

—¿Y luego? —preguntó  Minho mirándome—. ¿Qué pasará cuando el rey te tenga en su poder?

—Tú te convertirás en el rey Trylle —le dije—. Y protegerás a nuestra gente.

—¿Y eso es todo? —preguntó—. ¿Tú te vas y yo me quedo?

—Sí —asentí.

Hyunjin abrió de golpe las puertas de la habitación, que chocaron contra las paredes; me sobresalté y Minho se levantó de inmediato. Los ojos de Hyunjin estaban fijos en mí e ignoró por completo a mi esposo.

—¿Qué haces? —le pregunté, demasiado sorprendido para mostrarme molesta.

—¡Lo sabía! —gritó Hyunjin sin despegar la vista de mí—. En cuanto me lo dijo Jeongin, supe que estabas arrojándote al vacío. ¿Por qué te empeñas tanto en convertirte en un mártir, Felix?

—No soy un mártir. —Me enderecé como si me preparara para una pelea—. ¿Qué te ha dicho Jeongin? ¿Y cómo se te ocurre entrar de esa forma en mi habitación a las seis de la mañana?

—No podía dormir, así que he venido a ver si estabas despierto —dijo Hyunjin—. Os he oído hablar, pero ya sabía cuál era tu plan. Jeongin me habló sobre la pintura y me dijo que intentarías volver con los Vittra.

—¿Estabas espiándonos? —Entrecerré los ojos con intensidad—. ¡Esta es mi habitación privada! ¡No tienes ningún derecho a espiarme ni a entrar aquí sin ser invitado! —Hyunjin elevó la mirada al techo.

—No estaba espiándote; no seas tan dramático, príncipe. Me he quedado fuera de tu habitación para ver si estabas despierto, y como he visto que así era, he decidido entrar.

—De todas formas no puedes irrumpir de esa manera —dije, y me crucé de brazos.

—¿Quieres que salga y llame a la puerta? —Hyunjin señaló a su espalda—. ¿Eso te haría sentir mejor?

—Me gustaría que te fueras y que volvieras a tu habitación —contesté.

En realidad no había hablado con Hyunjin desde que pasamos la noche juntos; de pronto, vi con el rabillo del ojo cómo nos observaba  Minho. Hyunjin no dejaba de mirarme, pero me negué a bajar la vista; estábamos en una especie de duelo visual que estaba decidido a ganar.

3.Renacimiento - Hyunlix/ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora