Repercusiones
Jeongin volvió unos minutos después y me vestí rápidamente. Alisé mi cabello todo lo que pude porque no quería asustar a nadie en la reunión, pero no tenía tiempo para asegurarme de parecer distinguido .
Prácticamente corrí con Jeongin pisándome los talones, y llegué a la cima de la escalinata al mismo tiempo que Seungmin. Tenía el traje un tanto arrugado y el cabello enmarañado; era obvio que él también se había vestido apresuradamente, pero me alegré de ver que había acudido a mi llamada.
—Jeongin me ha dicho que querías que participara en la reunión —exclamó Seungmin mientras bajábamos por la escalinata; parecía confundido.
—Sí —contesté—. Necesito que empieces a involucrarte en los asuntos de Estado.
—Felix, tú sabes que no soy bueno en estas cosas —interpuso.
—No entiendo por qué dices eso; las relaciones públicas son tu especialidad. E incluso aunque no fuera así, es tu trabajo. Eres uno de los markis más importantes de Förening. Deberías ayudar a darle forma al reino en lugar de permitir que otros lo destruyan.
—No sé. —Mi amigo negó con la cabeza; cuando llegamos al final de la escalinata, me detuve para mirarlo a los ojos.
—Mira, Seungmin, necesito que estés a mi lado —le expliqué—. Voy a entrar en un salón lleno de gente que cree que soy un idiota y poco más que un lastre. La gente de Oslinna, nuestra gente, está en problemas. No tengo tiempo para pelearme con los nobles de aquí, y sé que en cambio a ti te respetan. Necesito tu apoyo, ¿de acuerdo?
—Por supuesto. —Seungmin sonrió nervioso—. Te ayudaré en todo lo que pueda.
Desde antes de llegar al Salón Bélico pude oír a la gente discutiendo. Había demasiadas voces para identificar con claridad la razón por la que peleaban, pero se les notaba muy contrariados.
—¡Necesitamos calmarnos! —Christopher estaba gritando para que lo escucharan cuando Seungmin, Jeongin y yo llegamos. Se colocó al frente de la multitud congregada en el Salón Bélico, pero nadie le prestaba atención.
Minho, por su parte, se inclinaba sobre el escritorio, observando. El Canciller, con su enorme cara enrojecida, le gritaba tanto al pobre markis Han que incluso escupía saliva. La marksinna Laris estaba de pie increpando a Namjoon, quien intentaba mantener una expresión impasible aunque resultaba muy evidente que tenía ganas de abofetearla.
—¡Disculpen! —grité, pero nadie pareció notar mi llegada.
—He intentado que se calmaran. —Christopher me miró como disculpándose—. Pero están frenéticos porque creen que el siguiente ataque será contra Förening.
—Yo me encargo —dijo Seungmin y se subió, con cuidado al escritorio detrás de Minho. Colocó dos dedos en la boca y dio un fuerte silbido; fue tan intenso que Minho tuvo que cubrirse los oídos.
Todo el mundo dejó de hablar y lo miró.—Su príncipe está aquí y le gustaría hablar con ustedes. Por favor presten atención —dijo Seungmin sonriendo.
Jeongin se acercó al escritorio y le dio la mano para ayudarlo a bajar de allí; Seungmin se lo agradeció y se alisó la camisa. Caminé hasta colocarme entre él y Minho.—Gracias, markis —dije, y me enfrenté a la iracunda multitud—. ¿Quién está más informado sobre el ataque a Oslinna?
—Yo —dijo Jinyoung, apareciendo detrás de Lee Jennie.
—Dígame todo lo que sabe —ordené.
—Ya hemos escuchado lo que pasó —dijo la marksinna Laris antes de que Jinyoung pudiera hablar—. Creo que no deberíamos perder el tiempo en repeticiones. Tenemos que planear nuestro ataque.
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3.Renacimiento - Hyunlix/Chanlix
FantasíaEl destino de Felix parece estar sellado. Se avecina una guerra y todo lo que ha sacrificado para conseguir la paz y el equilibrio del pueblo Trylle pende de un hilo. Los acontecimientos se precipitan y lo encaminan hacia un final inesperado. ¿Conse...