soló tengo un número y una clave.
La persona que me lo dio los datos, me dijo que me haría perder la hasta la razón...
Yo no lo creí, hasta que estuve con él, con un perfecto desconocido.
para que esto funcione él tiene tres reglas ...
Uno: No No...
Cuándo llegue a la sala, pude ver la luz de la cocina encendida, mi enojo aumento demasiado, qué se creía esté idiota, cavernícola, que podía chantajearme, con contarle todo a Carlos, cuándo él también tenía que perder delante de su novia., Tomé un respiro antes de entrar, Nicholas estaba parado recargado en el mueble junto al lava platos, sosteniendo mi pañoleta en sus manos.
Mis ojos se abrieron de par en par al verlo, definitivamente no estaba jugando, estaba dispuesto a decirle todo a Carlos y entregándole pruebas contundentes.
- ¿Qué pretendes ?- pregunté sería y molesta cruzándome de brazos
-No quiero que él te toque, respondí usando el mismo tono que yo.
- Wow, por si se te olvida , él es mi novio, ¿ acaso yo te he prohibido que toques a tú novia? O ¿ mejor dicho que lo hagas con ella, no verdad ? ¿déjate de juegos tontos?
- ¿Cuántas veces te tengo que decir que Katherine no es mi novia?
- jajaja, déjame reírme por favor, deja de mentir por una vez , dime la verdad, dieces que no es tú novia, y te encuentro de lo más cariñoso con ella, me dices que te irás de viaje de negocios y que no sabes hasta cuándo regresarás, le respondí enojada, él sólo sonríe, pero que se cree para reírse -Que cínico eres, ¿Cómo te atreves a negarlo después de lo que he visto hoy?
- Pues no se compara con lo que yo he visto hoy - exclamó acercándose a mí
-Yo no niego a Carlos, yo siempre te dicho la verdad, sabes que es mí novio - dije caminando hacia atrás.
-No me lo recuerdes, y no me hagas recordar que lo vi besándote y tocándote - dijo mientras caminaba acercándose más.
-Pues eso es lo que hacen los novios ¿ No lo crees?, No solo cocinan y cantan juntos y se toquetean frente a otros- seguí caminando hasta topar con el refrigerador.
- Con un demonio -exclamo desesperado a pocos pasos de mí -¡Katherine no es mi novia!, Es mi amiga de toda la vida.
-Mira qué casualidad, Carlos y yo también nos conocemos desde niños.
-Ahorra entiendo por qué acudisteis a mí- dijo sarcásticamente poniendo sus manos a los lados de mis hombros impidéndome el paso.
-¡ Cómo te atreves!- exclamé mientras intentaba darle una bofetada, me detuvo la mano.
-Sabes que tengo razón, su él cumpliera con sus obligaciones no tendrías ninguna necesidad de citarte con un extraño.
-Fue una maldita estupidez de la cuál ahora me arrepiento - exclamé soltandeme , pero él rápidamente subió el brazo y volvió a hacerme prisionera.
-¿En verdad te arrepientes? Preguntó a milímetros de mis labios y aspiré su aliento embriagador - ¿estás segura? - agregó acariciando suavemente mi cuello y luego descendió su mano a uno de mis senos que masajeo encima de la blusa de mi pijama, mirando fijamente a los ojos.
-Basta, por favor - dije con un hilo de voz, no podía controlar mi cuerpo, cuando él lo tocaba y tenía clavado su aliento en mi nariz.
-¿En serio quieres que me detenga ?- susurró en mis labios mientras su mano bajaba por mi costado hasta mi nalga que apretó y luego pegó su cuerpo al mío, uniendo nuestros sexos que sólo los separaba la delgada ropa de nuestras pijamas.
- Alguien puede bajar- dije con dificultad olvidandome del enojo.
Su respuesta fue lambiar mis labios y levantar mi pierna, para pegar mucho más su cuerpo al mío y rozar nuestros sexos moviéndose suavemente, sin dejar de mirarme, un jadeó escapó de mis labios, no podía evitarlo, él me hacía perder el control y perder completamente el sentido de todo y aunque la cabeza me gritaba que me detuviera que era una locura, mi cuerpo enteró lo reclamaba, no tenía fuerzas suficientemente para detenerlo.
Introdujo su lengua en mi boca para besarme, la mía lo recibió con la misma ansias y inquietud., Puso amabas manos en mis nalgas y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo lambia su cuello, sentí que mi espalda choco con la puerta y como pude abrí la puerta, volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría, Se separó de mí, camino hasta la entrada la cual cerro y encendió la luz entonces de di cuenta que estaba sentada encima de la lavadora estamos en el cuarto de lavado.
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Volvió a mi lado y me beso desenfrenadamente mientas sus manos soltaban las cintas de mi pantalón, lo ayude a bajar mi pantalón y mi ropa interior, mientas yo quitaba la playera, le bese y lamber su torso desnudo, olvidandome de dónde estábamos por un momento, estábamos jugando con fuego, el termino de desnudarme y me beso los senos mientas yo bajaba sus pantalones y su bóxer, antes de quitárselos por completo, saco un condón y se lo puso entrando en mi con urgencia.
Me beso para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo enredaba con mis piernas aprisionando lo más a mi cuerpo, se separo de mis labios y nuestras narices se rozaron, nos miramos a los ojos, mientas él se seguía moviendo en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos, sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en este momento, solo él y yo y el fuego de la pasión sentía como llegaba el orgasmo, el me beso para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos en mi interior y alcanzamos el éxtasis total sin dejar de besarnos, nos abrazamos y sentía su pecho aguitado en el mío.
- nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce tu cuerpo como un mapa y se que lugares tocar y como hacerlo- dijo mientas me abrazaba y acariciaba mi espalda.
- Lo se, lo se y eso me asusta, estamos jugando con fuego - acepto avergonzada
- No tienes nada que temer sofia - respondió separándose solo lo suficiente para mirarme.
- esto es una locura Nicholas.
- si , la más maravillosa locura que he cometido en toda mi vida
- Nicholas, estamos jugando con fuego y nos vamos a quemar tarde o temprano se enteraran.
- tranquila cariño.
puse mis manos en su rostro y lo bese delicadamente, el me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio, cuando iba abrir la puerta, él me jaló de un abrazo haciéndome voltear y pegarme a su pecho.
- No permitas que te toque - por favor
-y tú prométeme que no la tocaras a ella.
-No estamos en la misma habitación, te repito que solo somos amigos, en cambio yo no podré dormir, sabiendo que compartes la cama con él.
-Sólo será para dormir, lo prometo- le di un ligero beso y salí de ahí.
Crucé la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que está aventura fugaz llegará tan lejos, en verdad me asusta lo que estaba sintiendo por él, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón y mis sentimientos estaban por quebrantar la tercera regla, subí las escaleras cuidadosamente y al llegar al último escalón ví que Katherine salía de la habitación.
