ᯓ★ 𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀𝐁𝐋𝐘 𝐆𝐑𝐎𝐒𝐒 ── 𝐗𝐢𝐚𝐨𝐚𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫 (𝐀𝐔) ✿‧

XX

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𝐀 𝐃𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭

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»•» ♡ «•« Mis párpados pesaban, mi cara era un completo desastre debido a las lágrimas pero no me importaba absolutamente nada.

¿Cúantas horas habían pasado exactamente?, ni idea, lo único que sabía era que estaba cansado; muy muy cansado.

Todo era tan difícil, ¿por qué tenía que serlo?, jamás encontraría una explicación coherente para ello.
Levanté un poco la mirada aun acostado de lado sobre mi cama, miré hacia la mesilla donde estaba mi despertador y vi la hora.

"3:30" de la mañana, al día siguiente tenía clase y, por desgracia, tenía que ir si o si. Si faltaba más seguramente volverían a llamarle la atención a mi padre o peor aún, que me expulsaran directamente o algo así. No quería más problemas con mi padre, ni con mi familia, así que debía hacer un gran esfuerzo.

Cuando te acostumbras a faltar a clase consecutivamente no puedes dejar de hacerlo, es una adicción incluso peor que el tabaco y lo digo totalmente en serio. Comencé a faltar a clase unos meses después del "accidente", el cual claramente no era ningún accidente.

Ponía la excusa de no poder seguir con mi vida normal después de aquello y mi padre lo entendía, hasta cierto punto.
Me obligó a seguir yendo, día tras día, no aguantaba a todas las personas que me miraban con lastima o todos los que me hablaban por pena y me preguntaban mi estado.
Sé que no lo hacían con maldad, pero lo que menos necesitaba era que volvieran a recordarme una y otra vez que eso había pasado.

Seguí faltando pero sin que mi padre se diera cuenta, cuando tenía catorce llegué a faltar dos meses consecutivos; me pasaba las mañanas sentados en cualquier banco dibujando paisajes o escribiendo, me gustaba mucho escribir.
Me gustaba. Ya no.

Aquél afán de escribir y escribir, redactar novelas cortas o poemas se terminó por completo. Mi madre fue la que me metió en aquel mundo y yo mismo por obligación salí de allí.
Todo me recordaba a ella, absolutamente todo.

Tuve una temporada en la que la eché la culpa de todo, ¿por qué haría algo como eso a sus propios hijos?, ¿a su propio marido?, mirándolo desde esa perspectiva ella parecía un monstruo, ella fue mala, fue egoísta, fue... fue...

De nuevo comencé a llorar pero de la rabia que sentía, ella debería habernos dicho lo que le ocurría, ella debió avisar, debió seguir viviendo como todos los demás.

Pero no lo hizo y eso todavía me duele.

Unos toques repentinos en mi puerta me hicieron sobresaltar, ¿quién debía ser?; Ganyu no estaba en casa, mi padre no me hablaba y Childe no se despertaba ni aún que le tirases dos litros de agua congelada encima. La única opción que me quedaba era Hu tao, pero ella no quiso hablarme en todo el día.

Me incorporé con un fuerte dolor de cabeza y un aturdimiento muy grande, estar horas y horas en la misma posición no era lo más agradable para el cuerpo humano y ahora me estaba pasando factura.
De nuevo el golpeteo en la puerta me hizo levantarme más rápido de mi cama y caminar somnoliento hacia allí.