ᯓ★ 𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀𝐁𝐋𝐘 𝐆𝐑𝐎𝐒𝐒 ── 𝐗𝐢𝐚𝐨𝐚𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫 (𝐀𝐔) ✿‧

IV

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𝐍𝐨 𝐒𝐡𝐚𝐦𝐞

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»•» ♡ «•« Había perdido la noción del tiempo, tal vez habían pasado 20 o 30 minutos desde que habíamos pedido nuestra primera bebida o incluso 1 o 2 horas. Quien sabe.

Aether tenía mil y un temas de conversación, parecía que nunca se le acababan y eso lo agradecía internamente, ya que solo me limitaba a escuchar y opinar de cualquier ocurrencia que tenía.

–Presiento que las clases me irán realmente mal.. no me gusta empezar el curso a medias.– comentó comiendo lentamente una galleta de chocolate que se había pedido en algún momento de la tarde.

–¿y por qué lo has empezado a la mitad?– vi que se sorprendió por mi pregunta, tal vez porque había sido la primera vez en la tarde que preguntaba algo o por el trasfondo de la respuesta que debería darme.

Vi que dudó un momento antes de contestar.

–Yo.. eh.. es una larga historia, no quiero aburrirte.– concluyó sonriendo, yo fruncí el ceño pero le resté importancia. Tampoco iba a insistir.

Mi bolsillo derecho comenzó a vibrar, palpé con mi mano y saqué mi teléfono.

Eran las 22:30, ¿cuándo diablos había pasado tanto tiempo?

El remitente de la llamada era mi hermana Ganyu, la preocupación me invadió de inmediato al recordar mis propias palabras de hace unas horas atrás: "llámame si pasa cualquier cosa".

Apreté el botón verde y llevé el teléfono a mi oreja.

–¿Ganyu? ¿Qué pasa? ¿Está todo bien?

Había mucho ruido de fondo, la música estaba realmente alta y se escuchaba a gente gritar y cantar.

–Hola, ¿eres el hermano de Ganyu verdad?– una voz que no conocía de nada se emitió desde la otra línea, de inmediato me puse alerta.

–Si, ¿donde está? Pásamela.

–Emm.. ese es el problema, te llamo porque tu hermana y una de sus amigas han bebido demasiado y nos ha pedido que te llamáramos.– suspiré al saber que al menos no había pasado nada realmente malo.

–Voy de inmediato.

–Bien.

Colgué la llamada y me levanté de repente. Aether se sorprendió ante mi comportamiento y me siguió con la mirada.

–¿O-Ocurre algo?– su mirada preocupada me hizo sentir algo extraño en el pecho.

–Tengo que recoger a alguien, debo irme.

Vi que dudó por un instante pero se levantó también.

–¿Puedo acompañarte?

Mi mente se quedó en blanco por completo, ¿acompañarme? ¿Por qué querría él acompañarme?

¿Cuál era su propósito?